TOKIO.- La economía de Japón cayó en recesión en el primer trimestre de 2011, a raíz de la brutal caída de la actividad económica provocada por el sismo y el tsunami del 11 de marzo y agravada por el accidente nuclear de Fukushima.
El Producto Interior Bruto (PIB) de la tercera economía mundial se contrajo 0,9% en el primer trimestre de 2011 respecto al anterior. En comparación con el mismo período de 2010, la caída del PIB fue de 3,7%.
La recesión se define técnicamente como dos trimestres consecutivos de contracción del PIB. En el último trimestre de 2010, la economía japonesa ya se contrajo un 0,8% respecto al anterior (-3% en ritmo interanual), según las estadísticas oficiales.
El retroceso del período enero-marzo de 2011 es mayor que el previsto por los economistas, incluso si la catástrofe se produjo solamente al final del periodo.
La caída de la actividad fue tal que borró las marcas positivas de las semanas anteriores. Esta fuerte caída "se debe en gran parte a las repercusiones del sismo", confirmó el ministro de Política Económica, Kaoru Yosano, en un punto de prensa.
La economía japonesa, la tercera del mundo, se mantendrá débil un tiempo, pero el efecto no durará mucho, porque "es suficientemente resistente para recuperarse de esta prueba", según el ministro.
El impacto del sismo y el tsunami y el consecutivo accidente nuclear de la central de Fukushima hundió la confianza de los inversores, las exportaciones y el consumo interno.
En el segundo trimestre de este año se teme que la recesión se acentúe, por la amplitud de los daños y las perturbaciones causadas en los circuitos logísticos y la producción industrial, que ya afectaron las exportaciones.
Además, las fugas radiactivas de la central accidentada de Fukushima generan desconfianza en los países importadores de productos japoneses, que obligan a controles reforzados o incluso prohibieron la entrada de ciertas mercancías.
Debido a que las empresas son incapaces de establecer pronósticos para los próximos meses, la recuperación no se espera hasta el tercer trimestre del año, advierten los economistas.