LONDRES.- La crisis de la deuda europea volvió a sacudir a los mercados el lunes, debido a los temores sobre la solvencia de Grecia, junto con la preocupación de que países como España o incluso Italia sean arrastrados a la crisis que ya ha conducido al rescate de tres países de la eurozona.
Las acciones y el euro se desplomaron debido a las reducciones de calificación crediticia, una dura derrota electoral al partido gobernante en España y desacuerdos entre los principales funcionarios europeos sobre cómo afrontar la crisis.
"Ha sido un mal fin de semana para la zona del euro y, en particular, para los políticos y las autoridades financieras que tratan desesperadamente de mantener unido al proyecto del euro", dijo Jeremy Batstone-Carr, director de investigación de clientes privados para la firma Charles Stanley.
Los inversores atestiguaron horrorizados la semana pasada cómo las autoridades políticas responsables se enfrentaron entre ellas sobre cómo afrontar las montañas de deuda de Grecia.
Aunque los funcionarios del Banco Central Europeo han advertido sobre los potenciales efectos catastróficos de una reestructuración de la deuda griega, las autoridades en Bruselas han indicado que aplazar los pagos de los bonos podría ayudarle a Grecia a recuperar la confianza del mercado.
En medio de la confusión, la agencia Fitch rebajó el viernes la categoría de la deuda de Grecia, aún más abajo de la de basura, y el lunes degradó las perspectivas de Bélgica. A su vez, Standard & Poor’s bajó las perspectivas de calificación de Italia durante el fin de semana.
Las tensiones se agravaron aún más el domingo, cuando el gobierno socialista de España recibió una paliza en las elecciones regionales. Los votantes protestaron contra las medidas de austeridad en momentos en que uno de cada cinco españoles en edad laboral sigue sin trabajo.
El epicentro de las tensiones en los mercados, sin embargo, estuvo en Grecia, dijeron los analistas.
Después de reiteradas advertencias de que Grecia está retrasada en la aplicación de reformas de austeridad, algunos inversionistas temen que el país no pueda recibir el próximo abono del plan de rescate -que necesita para no caer en moratoria- de parte de sus socios en la eurozona y el Fondo Monetario Internacional.
Los funcionarios europeos le han advertido a Grecia que necesita hallar apoyo multipartidista para aplicar las nuevas reformas, que incluyen privatizaciones, pero esa unidad política parece lejana.
Aunque Grecia consiguió un salvavidas financiero de 110.000 millones de euros (154.000 millones de dólares) hace poco más de un año, el consenso en los mercados es que el país tendrá que obtener un segundo rescate en las próximas semanas a fin de prevenir que caiga en el impago de su deuda.