ATENAS.- El ministro de Hacienda griego intentó restar importancia a la degradación crediticia de los bonos soberanos hecha ayer por la agencia de calificación de riesgos Fitch, que puso al país al borde del impago.
Evángelos Venizelos dijo al Parlamento que el país "no encara el peligro de una bancarrota" y agregó que su sistema bancario es seguro.
Los temores por la salud financiera de Grecia siguen dominando los mercados pese a que el gobierno griego logró que Parlamento aprobara un nuevo programa de austeridad.
Sin embargo, los mercados temen que los organismos de calificación de riesgo decidan que el país incurrirá en el impago de su deuda si la Unión Europea intenta que los acreedores privados compartan la carga de un segundo plan de rescate.
Algunos especialistas temen que el llamado "impago selectivo" pueda crear una nueva ola de ansiedad en los mercados, al recelar los inversionistas de los riesgos corridos por los bancos a causa de la deuda griega.
Venizelos sostiene que una calificación de "impago selectivo" sería manejable.
El ministro de Hacienda dijo que Grecia "intenta aliviar la carga de la deuda nacional griega (...) mediante la extensión de los vencimientos, reducción de los intereses y un probable mecanismo para la recompra de la deuda griega en los mercados secundarios".
Este miércoles, Fitch redujo la calidad crediticia de la deuda griega otros tres peldaños en su categoría de bonos basura y la dejó a un peldaño de impago de sus obligaciones, una degradación de B+ a CCC.