BERLÍN.- La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, trabajan contrarreloj para "aunar fuerzas" y presentarse mañana con una "línea conjunta" a la cumbre de la zona euro, de donde debe salir una "buena solución" consensuada por todos los socios para el rescate griego.
Los dos líderes iniciarán con este fin su encuentro esta tarde, a las 15.00 GMT, una reunión de trabajo, seguida de una cena, informó hoy el portavoz del Gobierno de Merkel, Steffen Seibert.
"Todos compartimos el objetivo de (Jose Manuel Durao) Barroso de que se logre un acuerdo contando con la buena voluntad de todos", indicó el portavoz, tras el llamamiento lanzado hoy por el presidente de la Comisión Europea a lograr una solución en la cumbre de mañana.
La cita de Berlín, acordada a última hora en la víspera de la cumbre, se produce en un momento de gran presión sobre el conjunto de los líderes de la eurozona y especialmente sobre Merkel, quien durante días frenó la convocatoria de esta cita en Bruselas.
A las repetidas llamadas a los líderes de la eurozona a actuar "con responsabilidad" por parte del Banco Central Europeo (BCE), siguieron ayer las del Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtiendo del peligro de contagio de la crisis de la deuda en los países periféricos.
Además de una conversación telefónica que mantuvo ayer con Sarkozy, Merkel abordó asimismo la cuestión de la crisis de la deuda, al teléfono, con el presidente de EEUU, Barack Obama.
Seibert insistió en que el Gobierno alemán defiende la participación de los acreedores privados -especialmente banca y aseguradores- en el paquete de rescate, una de las cuestiones en las que hay divergencias con Francia, centrada ahora en el grado de la contribución.
Berlín pretende mantener esa participación, entre otras cosas para tranquilizar al contribuyente alemán implicando al sector banquero en el rescate, mientras se barajan todo tipo de fórmulas y mecanismos para articular ese rescate.
La reunión con Sarkozy, que viajará mañana con Merkel a Bruselas directamente desde Berlín, ha añadido dramatismo a los preparativos de la cumbre, después de que ayer la propia Canciller tratara de rebajar las expectativas, al declarar que no debían esperarse pasos "espectaculares".
Merkel advirtió de que la reunión de los líderes de la eurozona no resolverá de una vez los problemas de la deuda griega e insistió en que debe producirse un "proceso controlado", con múltiples medidas.