WASHINGTON.- El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, apeló hoy al "sentido común" para alcanzar un acuerdo sobre la deuda, mientras los legisladores siguen enzarzados, después de que el Senado, de mayoría demócrata, rechazara la propuesta republicana, que había sido aprobada en la Cámara de los Representantes.
En un nuevo intento para presionar a los congresistas y evitar la suspensión de pagos antes de la fecha límite del 2 de agosto, Obama volvió a comparecer ante el país y en un discurso televisado urgió a los legisladores llegar a un "compromiso bipartidista".
"Hay muchas crisis que no se pueden prever, pero la solución de ésta se encuentra en nuestras manos", dijo el Presidente, quien habló antes de que se votara el plan presentado por el presidente de la Cámara de los Representantes, el republicano John Boehner.
Obama apeló al "sentido común" e instó a los miembros del Congreso a encontrar los "puntos en común" de los planes presentados. No obstante, aprovechó su intervención para cargar contra el plan de Boehner, por considerar que hará "revivir este debate en unos meses".
El plan de Boehner plantea un recorte del gasto de casi un billón de dólares en los próximos diez años y permitiría elevar el techo de deuda, actualmente en 14,3 billones de dólares, hasta finales de este año, pero obligaría a una nueva votación a comienzos de 2012.
La propuesta necesitaba dos tercios del total de 435 escaños para salir adelante y finalmente consiguió 218 votos a favor y 210 en contra. Ninguno de los representantes demócratas votaron a favor y 22 republicanos lo hicieron en contra.
Los demócratas y Obama exigen un acuerdo más amplio, que incluye recortes de 2,2 billones de dólares en la próxima década y permitiría aumentar el tope de deuda hasta 2013, evitando así un nuevo debate el año próximo, en el que Obama se juega su reelección.
Boehner reconoció que la medida es "imperfecta" pero insistió en que su partido ha tratado de presentar una solución "con sentido común" y con un equilibrio entre el gasto y la deuda, y se quejó de la anunciada oposición demócrata a su medida.
Una vez aprobada, la Casa Blanca afirmó que la propuesta republicana estaba "muerta" antes de que llegar al Senado y así fue.
El Senado aprobó una medida, 59-41, para bloquear el plan por considerar que no se ajusta a las necesidades del país y los republicanos amenazaron con contraatacar cuando se vote en la Cámara el plan introducido por el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.
Este sábado la Cámara de Representantes se reunirá a medio día para votar la propuesta de Reid, en lo que se será otra votación sobre líneas partidistas de rechazo del plan demócrata.
En declaraciones a la prensa, Reid repitió su queja de que los republicanos no quieren negociar una solución bipartidista y están poniendo en peligro la salud económica del país. "Es hora de ser adultos, reunirnos y llegar a un compromiso", señaló.
Las próximas 72 horas serán definitivas para tratar de llegar a un acuerdo a tiempo para poder completar los procedimientos antes del 2 de agosto, fecha límite marcada por el Departamento del Tesoro para evitar caer en mora.
El Tesoro de Estados Unidos ha reiterado que en esa fecha el Gobierno se quedaría sin fondos para hacer frente a sus obligaciones por lo que, de no aprobarse la subida del tope de la deuda, debería decidir a quién paga y a quién no.
Se espera que el Senado lleve a cabo un voto de procedimiento sobre el plan presentado por Reid el domingo y el voto definitivo podría ocurrir el lunes, un día antes del temido plazo.
La Casa Blanca ha reconocido que la economía de Estados Unidos "ha sufrido debido a la incertidumbre creada en torno a este debate y la atmósfera circense de nuestras políticas sobre un asunto serio", indicó su portavoz, Jay Carney.