TOKIO.- Japón está cada vez más alarmado por la posibilidad de que Estados Unidos no cumpla con el plazo del 2 de agosto para elevar su techo de deuda y teme que los mercados sean muy optimistas sobre el prospecto de una solución duradera a la crisis, según fuentes cercanas a los asuntos monetarios de Tokio.
Funcionarios aún esperan que Washington logre un acuerdo de último minuto, e incluso aunque eso parece imposible, dé prioridad a los pagos de intereses a tenedores internacionales de deuda del Tesoro estadounidense a fin de limitar el impacto inmediato en el mercado, señalaron las fuentes.
Pero a Tokio le preocupa que si la crisis se alarga sin una resolución clara y permanente, los mercados puedan entrar en una mayor situación de volatilidad, igual a lo ocurrido en septiembre del 2008 con el colapso de Lehman Brothers.
"Realmente no hay nada concreto que apoye la visión aún predominante de que Estados Unidos logrará un acuerdo de alguna forma y evitará la cesación de pagos", sostuvo una de las fuentes.
"Si se produce una moratoria, el impacto sobre los mercados será enorme", indicó.
Japón se encuentra apenas detrás de la China en la lista de los mayores acreedores internacionales de Estados Unidos.
Si los mercados se hunden en el caos por una moratoria de la deuda estadounidense, la primera medida de defensa de Japón será asegurarse de que sus instituciones financieras tengan el suficiente suministro de dólares, señalaron las fuentes.
El Banco de Japón cree que los bancos comerciales nipones tienen suficientes fondos en dólares, pero usará su acuerdo de canje de dólares con otros bancos centrales para evitar una escasez en caso de que los mercados se desestabilicen demasiado.
También está preparado para inyectar efectivo a los mercados en caso de que los costos de crédito se eleven de forma excesiva, señalaron funcionarios.
Otra fuente de inquietud es que el yen ascienda a un nivel cercano al récord de 76,25 frente al dólar alcanzado luego del terremoto en marzo.
Las autoridades monetarias de Japón están preparadas para ayudar al mercado monetario en caso de que el yen suba demasiado por acciones de especuladores que afecten a la economía.