ROMA.- El jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi anunció este viernes que el nuevo plan de ajuste para equilibrar las cuentas de Italia proyecta recuperar 45.000 millones de euros en el 2012 y 2013 con el fin de lograr el equilibrio fiscal en el 2013.
El jefe de gobierno agregó que se aplicará un "impuesto de solidaridad" a los más ricos y que reducirá "los costos de la política", una exigencia de la opinión pública indignada por los privilegios de los parlamentarios y ediles.
El anuncio fue hecho durante un encuentro con las partes sociales celebrado en la sede de la jefatura de gobierno.
Acosado desde hace dos semanas por los mercados y por las autoridades europeas, el gobierno conservador italiano liderado por Berlusconi se comprometió a adoptar este viernes durante un Consejo de Ministros extraordinario un decreto ley con el plan de austeridad reforzado.
"El gobierno va a ampliar el plan de ajuste con medidas por un valor de 20.000 millones para el 2012 y 25.000 millones para el 2013", declaró Berlusconi.
El magnate de las comunicaciones y jefe de gobierno italiano, quien es alérgico a todo aumento de impuestos, aceptó imponer el llamado "impuesto de solidaridad", como solicitaban diferentes sectores y al parecer por presión de su aliado clave, el movimiento populista Liga Norte.
Se prevé una tasa del 5% para rentas superiores a 90.000 euros y del 10% para mayores del 150.000, según anticipó la prensa.
Las nuevas medidas se sumarán al plan de austeridad aprobado en julio pasado para los próximos tres años por un valor de 48.000 millones de euros.
El gobierno conservador aprobó también "14 o 15 medidas" contra el despilfarro con el fin de reducir los costos del funcionamiento político, aseguró Berlusconi.
Las medidas permitirán ahorrar 8.500 millones de euros en los próximos dos años, indicó Berlusconi, e incluyen también recortes a los ministerios.
"Se agruparán las municipalidades con las provincias", precisó por su parte el ministro de Economía, Giulio Tremonti.
Con las medidas de austeridad, Italia, tercera economía de la Eurozona, intenta calmar el ataque de los mercados, nerviosos por su enorme deuda pública de unos 1,9 billones de euros (cerca del 120% del PIB) y un crecimiento económico casi nulo.