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Santiago: Jueves 21 de noviembre del 2024 | Actualizado 12:28
PARÍS.- Los ministros de Finanzas de Francia y Alemania se reúnen el martes en París para dar contenido a las propuestas realizadas por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel para reforzar la zona euro, incluida la tasa a las transacciones financieras.
El ministro francés de Finanzas, François Baroin, recibirá a su homólogo alemán Wolfgang Schäuble en su ministerio para "poner en marcha las decisiones ambiciosas adoptadas" el 16 de agosto por los dos mandatarios.
Lo más urgente es la tasa a las transacciones financieras, cuyo proyecto debe ser sometido a sus homólogos europeos a principios de septiembre.
Pero la hoja de ruta esbozada por Merkel y Sarkozy es vaga, ya que no precisa ni la tasa ni los fines ni la extensión geográfica de la futura "tasa Tobin", ni siquiera el calendario para su entrada en vigor.
Aunque este asunto también está en la agenda del G20 que preside Francia hasta noviembre, el debate sobre el destino de los futuros ingresos todavía no está resuelto. ¿Irán a parar al presupuesto europeo? ¿A aliviar la deuda de los Estados? ¿A ayudar al desarrollo de los países pobres? Preguntas no resueltas.
Schäuble y Baroin deben ponerse de acuerdo también sobre el déficit cero presupuestario, que trata de equilibrar las cuentas públicas. Tanto Francia como Alemania quieren que figure en la Constitución de los 17 países de la Eurozona.
El debate es tanto político como técnico. El "freno al endeudamiento" en vigor en Alemania difiere de la "regla de oro" a la francesa, que tiene escasas posibilidades de que sea adoptada por el Parlamento debido al rechazo de la oposición de izquierda. Países como Portugal ya han manifestado sus reservas.
Otro punto, es el contenido del futuro "gobierno de la zona euro" que también propusieron las dos potencias.
En fin, menos urgente pero tan espinoso es el futuro impuesto a las empresas común en ambos países.
Los dos ministros deberían aprovechar este encuentro para evaluar las amenazas que se ciernen sobre la recuperación económica mundial, en medio de la desaceleración del crecimiento en ambos países.
Francia, acosada desde mediados de agosto por los mercados financieros, está más que nunca bajo presión para reducir el déficit público a 4,6% del Producto Interno Bruto (PIB) el próximo año, contra el 5,7% que se espera en 2011.
Ya enorme, la brecha con Berlín, el alumno bueno de la disciplina presupuestaria, ha aumentado: Alemania anunció el lunes que espera un déficit del 1,5% este año, contra una previsión precedente del 2,5%.
Las cuentas públicas alemanas estarán equilibradas a partir de 2014, año en que el gobierno francés prevé un déficit del 2% pese a los planes de austeridad.
