BEIJING.- El pedido de ayuda de la zona euro acrecentó el poder de China, de cara al G20 de Cannes (sureste de Francia), pero expertos europeos advierten sobre el riesgo de sobrevalorar la influencia del país asiático.
Si bien los pedidos de la eurozona reforzaron la posición de China, Beijing se muestra muy cauteloso y no invertirá fondos sin condiciones. Además, se piensa que invertirá cantidades inferiores a las que desearía la zona euro.
En la cumbre del G20 a Cannes (sureste de Francia), China, que afirmó su "total apoyo" a los europeos, pero sin comprometerse a nada, estará representado por su Presidente, Hu Jintao, quien cuenta con poca capacidad de decisión al respecto.
No obstante, en momentos en que China financia los importantes déficits estadounidenses, el pedido de la eurozona la transforma en "tesorero del planeta".
Así, en cuanto terminó la cumbre de Bruselas, una semana antes del G20 en Francia, el Mandatario francés Nicolas Sarkozy llamó por teléfono a Hu Jintao y tiene prevista una cena de trabajo con él el miércoles en Cannes.
París "quiere que los chinos le den algo para no terminar con las manos vacías la presidencia francesa" del G20, declaró a la AFP Jean-Pierre Cabestan, de la Hong Kong Baptist University.
Sin embargo, según Sarkozy, los pedidos realizados a Pekín "no cuestionarán en lo más mínimo nuestra independencia".
En cambio, su posible sucesor, el socialista François Hollande, declaró recientemente al diario francés Le Monde que "China controla las cosas, por lo cual la cumbre del G20 (...) consagrará al imperio económico chino".
Además, los comentarios de China sobre los gastos considerados excesivos de Estados Unidos o la necesidad, según Beijing, de que los países europeos "pongan orden" en sus cuentas, provocaron preocupación.
La compra del puerto del Pireo, de deuda portuguesa o española, o las inversiones para construir carreteras en África o trenes de alta velocidad en California, ya habían causado preocupación en las potencias occidentales.
"Pero china no controla tanto las cosas" y "Europa tiene la posibilidad de no ponerse en posición de dependencia excesiva", estimó Cabestan. "No hay que olvidar que China es un país frágil", agregó.
China tiene importantes reservas de cambio (3,2 billones de dólares), pero también tiene 150 millones de pobres (lo cual representa la mitad de la población de la zona euro) y está intentado reorientar la economía hacia la demanda interna y crear sistemas de protección social, así como enfrentar importantes problemas ecológicos.
Para Valerie Niquet, de la Fundación para la Investigación Estratégica (FRS), es "muy exagerado" decir que China "controla las cosas en materia financiera en Europa".
"El cambio, en términos de imagen, no ocurrió durante esta cumbre (de Bruselas), sino cuando la crisis de 2008 y el primer G20. En ese momento, China logró imponer la imagen de su modelo, que había salido indemne de la crisis financiera, ante un modelo democrático occidental presentado como ineficaz", añadió.