Los ecologistas planean cercar hoy la Casa Blanca como acto simbólico.
Reuters, archivoWASHINGTON.- La Administración del presidente Barack Obama enfrenta fuertes presiones de grupos a favor y en contra de la construcción y operación del oleoducto Keystone XL desde Canadá hasta el Golfo de México, que hoy realizarán protestas frente a la Casa Blanca.
El proyecto a manos de la empresa canadiense TransCanada afronta la oposición de grupos ecologistas, encabezados por el activista Bill McKibben, que este domingo tienen previsto "cercar" la Casa Blanca para destacar las repercusiones del oleoducto en la economía y el medio ambiente.
Pero, con igual fiereza, grupos sindicalistas también han puesto en marcha una campaña publicitaria y de presión para cantar las virtudes del proyecto, al señalar que éste ayudará a la creación de empleos cuando Estados Unidos más lo necesita.
Así, el oleoducto, que se extendería a lo largo de 2.735 kilómetros para transportar petróleo desde Alberta (Canadá) hasta la costa de Texas, se perfila como una gran prueba para el presidente Barack Obama, que tiene que equilibrar la protección del medio ambiente y su interés por espolear la creación de empleos en EE.UU.
Por ahora, ninguno de los bandos puede predecir con absoluta certeza el destino del proyecto que, según las autoridades estadounidenses, podría crear al menos 5.000 empleos sólo en el sector de la construcción en EE.UU., por cada año que dure la edificación.
El viernes pasado, la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, dijo que esa agencia federal está trabajando de forma "abierta, transparente e íntegra", pero dejó abierta la posibilidad de que la decisión sobre el asunto no llegue antes de enero de 2012.
Para los partidarios del proyecto, sin embargo, cualquier demora sólo aumentaría los costos del oleoducto, calculados en la actualidad en unos 7.000 millones de dólares.
El oleoducto, argumentan los sindicatos, ayudaría a crear empleos y a reducir la dependencia de EE.UU. del petróleo extranjero, especialmente de la convulsionada región de Oriente Medio.
En cambio, agregan, Canadá es un aliado con un Gobierno estable y es, hoy por hoy, el principal suministrador de petróleo de Estados Unidos.
Para los detractores de Keystone XL, el número de empleos que podría crear palidecen frente a los daños ambientales que ocasionaría en la zona, especialmente por un incremento en la emisión de gases y la desestabilización de los ecosistemas de la costa.
Agregan que el oleoducto podría incrementar el costo de la gasolina al reorientar el excedente de petróleo en la zona central del país.