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Santiago: Jueves 21 de noviembre del 2024 | Actualizado 13:36
NUEVA YORK.- Los precios del petróleo terminaron en alza este martes en Nueva York, sostenidos por el anuncio de la próxima dimisión del Primer ministro italiano Silvio Berlusconi, así como por tensiones en relación a la publicación de un crucial informe sobre el programa nuclear iraní.
El barril de West Texas Intermediate (designación del "light sweet crude" negociado en EE.UU.) para entrega en diciembre cerró a 96,80 dólares en el New York Mercantile Exchange, en alza de 1,28 dólares en relación al cierre del lunes.
Berlusconi estaba en la mira de los mercados, que le reprochan su negligencia en la puesta en práctica de la medidas de austeridad exigidas por la Unión Europea.
Su partida había sido incluso anticipada por los inversores, subrayó Matt Smith, de Summit Energy (groupe Schneider Electric): "Pasamos toda la sesión en verde apostando a ese anuncio".
La presidencia italiana anunció que Il Cavaliere dimitiría luego de que el parlamento apruebe las medidas presupuestarias y reformas económicas prometidas a la UE para evitar un contagio de la crisis del euro.
Esta decisión se produce luego de que Berlusconi perdiera la mayoría absoluta en una votación clave del parlamento italiano, unas horas antes.
"El mercado también estuvo estimulado por las gestiones para la puesta en funciones de un gobierno en Grecia", indicó Smith.
Las negociaciones entre socialistas y conservadores griegos para la formación de un gobierno de unión nacional se prolongaron durante toda la jornada en Atenas.
Las conversaciones se bloquearon sin embargo hacia el final de la jornada porque la derecha se negó a comprometerse por escrito ante Bruselas sobre su voluntad de poner en orden las finanzas del país, que se encuentra al borde del default.
Los precios del WTI fueron impulsados además por un incremento de las tensiones geopolíticas, antes de la publicación -martes o miércoles- de un informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) sobre Irán, que según fuentes diplomáticas occidentales, debería dar cuenta de las sospechas sobre las ambiciones militares del programa nuclear de Teherán.
