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Mercado de autos se dinamiza en Cuba tras autorización para venderlos: hasta se cambian por casas

Casi 15.000 cubanos han inscrito y regularizado sus vehículos, paso previo para poder comercializarlos. En las calles comienzan a verse letreros de compra y venta.

06 de Diciembre de 2011 | 15:51 | AFP
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AP

LA HABANA.- Dos meses después de que Raúl Castro autorizara la compraventa de autos en Cuba, unos 15.000 cubanos han regularizado sus documentos de propiedad (paso obligatorio para poder venderlos), en un mercado floreciente aunque con obstáculos, luego de medio siglo de prohibición.


Desde que entró en vigencia la norma el pasado 1 de octubre, 4.304 autos cambiaron de dueño en la isla, de los que 994 fueron donados por sus propietarios a familiares, otro beneficio de la reforma legal, informó este martes el diario oficial Granma.


El periódico comunista destacó que las Oficinas del Registro de Vehículos han emitido desde entonces "14.630 certificados de  inscripción", exigencia para su traspaso, aunque reconoció que se trata de un  proceso aún "joven" y no exento de "incidencias", si bien existe "voluntad  de eliminarlas".


"De manera positiva transcurre en el país la implementación del decreto", que "regula la transmisión de la propiedad de los vehículos" y "tiene como  principal objetivo flexibilizar esos trámites y eliminar prohibiciones", dijo el noticiero de la televisión cubana.


Estos 4.304 traspasos en dos meses, cifra que puede ser baja para otros países, representa un movimiento muy dinámico en un mercado prácticamente paralizado durante medio siglo.


Cambian departamento por auto pequeño y "moderno"


Por las calles de La Habana se pueden ver ahora muchos anuncios de compra y venta de autos, mientras que el portal digital de anuncios clasificados revolico.com, que pese a ser ilegal es el más visitado en Cuba, ha multiplicado sus ofertas de autos y también de casas.


"Cambio un apartamento de un cuarto, con balcón a la calle, por un carro moderno pequeño", decía este martes uno de los anuncios.


La compraventa de autos y viviendas, que fueron incluídas entre las más de 300 reformas que llevó a cabo Raúl Castro para dar eficiencia al agotado modelo económico cubano, permitió de paso blanquear un mercado subterráneo, pues pese a la prohibición, los cubanos se las ingeniaban para vender sus vehículos de forma ilegal.


Uno de los mecanismos para burlar la ley era mantener el título del auto a nombre del antiguo dueño, lo que le traía dificultades si el comprador tenía problemas con la policía.


Un cubano "pillo"


Pedro, uno de los miles de profesionales cubanos que pudieron comprar autos soviéticos antes de 1990, contó que aún no ha logrado ponerse de acuerdo con el hombre al que vendió su Moskvich en US$ 4.500 hace siete años y al que ahora exige un pago adicional de 500 dólares para legalizar la propiedad.


"Está peleón, pero si no me da el dinero, el carro jamás será de él, son las leyes de la calle", declaró a la AFP Pedro que, como miles de cubanos, adquirió su auto con una cláusula: la prohibición de venderlo.


La reforma beneficia también a los que deciden abandonar la isla, unos 38.000 cubanos engrosan cada año una comunidad de casi dos millones repartida en Estados Unidos y España principalmente, pues deroga la confiscación de bienes que sufrieron los emigrantes durante 50 años.


Ernesto Medina, un taxista cuarentón, compró el Lada de una tía que se marchó de Cuba antes de que fuera levantada la prohibición.


"Pensamos que lo perdíamos, pero llegó Raúl con su ley y ya es nuestro", explicó Medina, quien considera "fabulosas las medidas que está aplicando el general".


Hasta 1990, los cubanos solo podían comprar autos si el gobierno les daba  un cupo por "méritos laborales". Lo pagaban a plazo, a precio subsidiado: un Lada costaba unos US$ 200 (al cambio actual), 10 veces menos que en otros países de América Latina.


Todo esto desapareció con el "periodo especial", pues la venta de autos con subsidio se acabó súbitamente con la profunda crisis económica que sufrió la isla tras la desintegración de la Unión Soviética, su principal mercado, y fuente de créditos, ayuda y tecnología durante 30 años.


Casos excepcionales eran los músicos y profesionales que ganaban altas sumas de dinero en el exterior, y que recibían un permiso especial para adquirir un vehículo.


En el mercado libre sólo se podían transferir los viejos autos estadounidenses, conocidos popularmente como "almendrones", importados antes del triunfo de la revolución de Fidel Castro en 1959, muchos de los cuales, equipados con motores diesel de Europa o de Japón, ruedan ahora como taxis por La Habana.

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