SANTIAGO.- Un escenario global "bastante más tranquilo" que a fines de 2011, permite prever que el mundo no entrará en una crisis como con la caída de Lehman Brothers, afirmó el ex presidente del Banco Central, José de Gregorio.
En su primera exposición pública después de abandonar la Presidencia del instituto emisor, De Gregorio destacó que "el mundo se ve bastante más tranquilo que en noviembre-diciembre del año pasado, cuando se pensaba que se iba a repetir lo de Lehman y vendría una recesión más compleja. Hoy eso es menos probable aunque existen muchos riesgos".
"Vamos a tener un 2012 volátil y con bastante incertidumbre, aunque la situación está más estabilizada", dijo en un evento organizado por EuroAmerica.
Indicó que la actividad mundial sigue creciendo, pero a dos velocidades: las economías emergentes a una tasa cercana a 6%, y las desarrolladas, a 2%.
"Se espera que el 2012 sea peor que el 2011 y que haya un repunte hacia el 2013", expresó, añadiendo que la mayor tranquilidad se está reflejando en las bolsas, las que "todavía no llegan a los niveles pre crisis 2007-2008, pero se han recuperado fuertemente versus 2011".
Destacó que, en un ambiente de menores tensiones, los precios de los commodities permanecen altos, principalmente por el crecimiento de las economías emergentes, que son muy intensivas de materias primas.
"Los alimentos están en un nivel similar al peak alcanzado en 2008, y si bien el cobre y el petróleo no están en sus máximos, se mantienen altos... Si se alivian las tensiones en Medio Oriente, puede que el petróleo baje un poco.
En todo caso, el impacto del petróleo es menos severo sobre la inflación global que los alimentos, los que han complicado la situación inflacionaria en todo el mundo, aunque en las economías desarrolladas esto se compensa con la menor actividad", apuntó.
Agregó que con una menor aversión al riesgo, y un escenario de crisis menos probable, las monedas de las economías emergentes y de los países exportadores de productos básicos han revertido las pérdidas de fines de 2011.
Al analizar la situación de Europa, De Gregorio resaltó lo "catastrófico" que sería que algunos países abandonaran el euro, porque "se quedarían sin moneda. Físicamente y legalmente eso es muy difícil", comentó.