BUDAPEST.- Hungría debe llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE) sobre un préstamo como primer paso para estabilizar su economía y recuperar la confianza de los mercados, advirtió hoy la OCDE en su informe anual sobre el país centroeuropeo.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que "el fortalecimiento de la credibilidad y unas políticas nacionales previsibles son esenciales para el desarrollo de un entorno que sea propicio para el crecimiento y el aumento de los ingresos".
El acuerdo con el FMI y la UE sobre un préstamo para salvar la economía del país de un impago, los recortes de los gastos estatales y las reformas estructurales para impulsar el crecimiento deben ser las prioridades del Gobierno, afirma el documento.
A finales de 2011, el Ejecutivo conservador de Viktor Orbán inició las negociaciones con la UE y el FMI sobre un préstamo que podría ascender hasta 20.000 millones de euros, pero el acuerdo quedó en suspenso ya que se condicionó a que Budapest retirase reformas que, a juicio de los prestamistas, limitan la independencia del Banco Central.
El acuerdo con los prestamistas internacionales ayudaría a reducir la deuda pública, que actualmente se sitúa en el 82% del PIB, y significaría un apoyo a la consolidación presupuestaria, añade la OCDE.
El informe subraya que el aumento del crecimiento es "el objetivo clave" a medio plazo, por lo que Hungría debe tomar medidas para impulsar el mercado laboral, sintonizar "el sistema educativo con las necesidades del mercado laboral" y reformar el sistema de salud.
La OCDE pronostica para 2012 una contracción del 0,6% del PIB, mientras que para 2013 vaticina un alza del 1,1%.
El informe predice un déficit del 3,4% para 2012, frente al 2,5% pronosticado por el Gobierno húngaro, mientras que en lo que se refiere a la deuda pública la OCDE opina que esta se elevará hasta el 85,1% en 2012 y el 85,9% en 2013.
El informe critica también los programas de alivio a los húngaros con hipotecas en divisas como el franco suizo y el euro, asegurando que estos programas "deberían centrarse en los hogares con dificultades".