SANTIAGO.- La población anciana en Chile bordea el 15% del total de habitantes del país, algo así como 2,5 millones de personas. La vejez, los problemas de salud y posibles contratiempos que puedan llegar al superar los 70 años, son algunos de los factores por lo cuales algunas personas optan por tomar una alternativa de cuidado para los abuelitos pero, ¿Qué valor podría tener esto?
Según Muriel Abad, directora (s) del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), los costos de mantener a un anciano, “dependen del servicio de hotelería, las instalaciones y los cuidados que pueda tener una casa de reposo”.
En cuanto a precios, hay para todos los bolsillos. Si se quiere una vejez digna y destinada a abuelitos que no tienen recursos para solventar lujosos espacios de reposo, existen fundaciones y hospederías, como Fundación Las Rosas, el Hogar de Cristo y San Vicente de Paul que, por el valor de la pensión del adulto mayor, ofrecen espacios de esparcimiento y un cuidado básico, para aquellos que no cuenten con una situación económica acomodada.
En contraste a esto, también hay alternativas que se pueden considerar ABC1, como las Senior Suites o Villa Soleares, ubicadas en el sector Oriente de Santiago, las que ofrecen distintos servicios para hacer que los ancianos tengan una vejez lo más cómoda y placentera posible.
Los valores bordean la suma de $1.500.000 al mes (van desde 31 a las 66 UF por mes), lo que incluye cuidados básicos, terapias grupales y eclesiásticas, las comidas más una once y colación, lavado de ropa, enfermeras las 24 horas del día, habitación propia con baño privado, entre otras comodidades.
Sin embargo, también existen opciones a domicilio, que se consideran una buena alternativa para cuidar a los adultos mayores que ya no puedan seguir solos, pero que desean mantener el espacio que han construido en sus vidas.
Seniority, por ejemplo, ofrece un servicio de atención a domicilio desde $15.000 por dos horas, que incluye higiene, aseo, confort y compañía.
Cuidado con los lugares que se eligen
Muriel Abad de Senama, comenta que antes de ingresar a un adulto mayor a un centro es importante que “las familias conozcan el establecimiento y sus instalaciones, así como los servicios que entrega. Saber cómo funciona el servicio de hotelería, cuidados, apoyo terapéutico, recreación, lavandería, etc. En este mismo sentido, es importante evaluar si el personal que atiende es calificado”.
Además agrega que “lo ideal es nunca sacar a los adultos mayores de su entorno ya que sus pertenencias, sus vínculos humanos y sus rutinas les dan estabilidad, seguridad y tranquilidad” y asegura que “desarraigar a una persona mayor, generalmente incrementa la depresión y aumenta la dependencia”.