VALPARAÍSO.- Un escenario externo algo más favorable, con una recuperación parcial de la confianza de los mercados financieros, y una actividad y demanda internas que han crecido por sobre lo previsto en diciembre, llevaron al Consejo del Banco Central a elevar su proyección de crecimiento de la economía chilena para este año desde 3,75-4,75% a 4,0-5,0%.
Al dar a conocer el 39° Informe de Política Monetaria (IPoM) a la Comisión de Hacienda del Senado, el presidente del instituto emisor, Rodrigo Vergara, destacó que el BC no sobrerreaccionará a los datos puntuales "que pudieran alentar olas de pesimismo u optimismo que afecten las expectativas de consumidores, empresarios o inversionistas", y manejará la política monetaria con flexibilidad, conforme a las novedades del entorno económico internacional y local.
Agregó que la trayectoria de la inflación en Chile, el mayor crecimiento de la actividad y la demanda, los cambios en precios específicos como el petróleo y las frutas y verduras frescas, han aumentado los riesgos para la inflación en el corto plazo, al tiempo que los riesgos del escenario externo siguen siendo importantes.
Puntualizó que la evolución reciente de la inflación se explica por el comportamiento de las tarifas del transporte y los precios de las frutas y verduras frescas.
"Estos últimos, probablemente afectados por factores climáticos, han tenido un patrón que contrasta con el habitual y no han restado inflación en los últimos meses”, comentó, añadiendo que las expectativas inflacionarias del mercado han aumentado, particularmente para el corto plazo, pero se mantienen en torno a 3% en el horizonte de política.
"Proyectamos que la inflación anual del IPC oscilará en torno a 4% hasta entrado el segundo semestre del año, para después converger a 3% y permanecer en torno a ese valor hasta fines del horizonte de proyección, en esta ocasión el primer trimestre de 2014. las variaciones anuales de las medidas subyacentes seguirán aumentando en los próximos meses, luego tendrán una convergencia a 3% más lenta que la del IPC", explicó Vergara.
Puntualizó que esta trayectoria se basa en el supuesto que la propagación de los shocks de oferta hacia el resto de los precios se dará de acuerdo con sus patrones históricos. Asimismo, supone que los salarios tendrán reajustes acordes con la productividad y la meta inflacionaria. A ello se suma que el tipo de cambio real se ubicará en niveles similares a los actuales, y que la tasa de interés de política monetaria (TPM) seguirá una trayectoria comparable con la que se deduce de los precios de los activos financieros vigentes.