PHNOM PENH.- Nueve meses después de su inauguración oficial, la Bolsa de Valores de Camboya comenzó hoy a operar con la única compañía que hasta el momento ha decidido cotizar en la primera plaza bursátil del país, uno de los más pobres de Asia.
A las 09:09 hora local, instante considerado propicio en este país de arraigada superstición, la pantalla de la bolsa se iluminó para anunciar la cotización de las acciones de la empresa estatal de suministro de agua de Phnom Penh, la capital.
La Autoridad para la Distribución de Agua, de la que el Estado ofrece 13 millones de acciones que representan el 15% del total de esta compañía, es la primera que sale a bolsa.
Otras dos empresas públicas camboyanas, Telecom Cambodia y Sihanouk Autonomous Port, planean para este año una oferta pública de venta de activos financieros.
Tras más de una década de crecimiento económico y dejar atrás las etapas de inestabilidad política, el Gobierno inauguró el pasado julio el mercado de valores con la intención de atraer la inversión que la nación indochina precisa para su desarrollo y dar también a la economía cierta sofisticación.
Pero hasta el momento, bolsa ha despertado poco interés entre las compañías camboyanas, que además de no estar preparadas para dar ese salto temen que la corrupción que denuncian ocupa diversas esferas de la Administración, pervierta las normas del mercado de valores, dicen los analistas.
Las acciones se deberán cotizar en la divisa local, el riel, cuyo cambio oficial es de 4.000 unidades por dólar estadounidense, cuando en tres años expire la moratoria que permite durante este tiempo emplear el dólar en las transacciones bursátiles.
La obligación de emplear el riel, a partir de 2015, fue adoptada por el Gobierno como parte de su política destinada a poner freno a la “dolarización” de la economía camboyana, que entorpece las medidas que el Banco Nacional decide para enfriarla o estimularla y contra la inflación.
Según los datos facilitados por el Banco Asiático de Desarrollo, el dólar estadounidense representa el 90% del dinero en metálico que circula por el país y el 97% del que está depositado en los bancos camboyanos, que en algunos casos no conceden al cliente prestamos en divisa local.