NUEVA YORK.- Los precios del petróleo cayeron el viernes en una sesión volátil y tocaron su nivel más bajo del 2012, acumulando tres semanas consecutivas de pérdidas, debido a que los problemas de deuda en Grecia y España mantuvieron vivas las preocupaciones sobre economía de la zona euro.
El crudo Brent para entrega en julio perdió 35 centavos para cerrar en 107,14 dólares por barril, luego de que tocó su nivel más bajo del 2012 en 106,40 dólares. En la semana, el Brent cayó un 3,7% y su declive de 10,59% en tres semanas es la mayor caída porcentual en ese lapso desde el 20 de mayo del 2011.
El crudo estadounidense para entrega en junio descendió por sexta sesión consecutiva, perdiendo 1,08 dólares para cerrar en 91,48 dólares, después de que cayó hasta 91,08 dólares, su menor precio intradía desde el 3 de noviembre.
El crudo de Estados Unidos perdió un 4,84% en la semana. Las tres caídas semanales sumaron un total de un 12,82% del precio, su mayor descenso porcentual en ese lapso desde la semana del 14 de agosto de 2011.
Los futuros del crudo sintieron la presión de las noticias de que funcionarios están trabajando en planes de contingencia en caso de que Grecia abandone la zona euro y por una rebaja a la calificación crediticia de 16 bancos españoles por parte de Moody’s Investors Services.
Datos de China presionaron aún más a los precios del petróleo, ya que los precios de las casas en china cayeron por segundo mes consecutivo respecto a los niveles del año pasado.
"Los problemas en Europa, destacados por la inestabilidad en Grecia, siguen siendo el principal factor de la caída de los precios hoy", dijo Kyle Cooper, socio de IAF Advisors en Houston.
Las pérdidas fueron limitadas porque los inversores cuadraban posiciones de cara al vencimiento esta semana del contrato del Brent para entrega en julio y el de Estados Unidos para entrega en junio, antes de la reunión del Grupo de los Ocho países desarrollados.
También capturó la atención del mercado el cambio de flujo de este fin de semana del oleoducto Seaway. El cambio de sentido tiene como objetivo reducir el exceso de inventarios en el oeste medio del país y llevarlos a través de Seaway hacia la costa estadounidense del Golfo de México, región rica en refinerías.