El ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, junto a la Presidenta Dilma Rousseff.
Reuters
BRASILIA.- El Gobierno de Brasil reveló este lunes una nueva serie de recortes temporales de impuestos, equivalentes a unos 1.000 millones de dólares, con el fin de reactivar su economía y dar impulso al por ahora complicado sector automotor, entre otras industrias.
El ministro de Hacienda, Guido Mantega, declaró que las medidas deberían ayudar a revivir una economía que se ha estancado desde mediados del 2011 y brindarán, además, protección frente a la crisis de deuda de la zona euro.
Las disposiciones incluyen una reducción, vigente hasta el 31 de agosto, del Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI), así como en Impuestos a las Operaciones Financieras (IOF) para prestatarios individuales.
Mantega dijo que los bancos acordaron aumentar el préstamo y mejorar los términos de financiamiento para automóviles.
El secretario de Estado reveló que el Gobierno dejaría de recaudar alrededor de 2.100 millones de reales (1.020 millones de dólares) como resultado de las nuevas medidas. Eso representa una relativamente pequeña proporción del Producto Interno Bruto brasileño.
El gobierno de la Presidenta Dilma Rousseff ha lanzado más de media docena de paquetes de estímulos en los últimos meses, pero cifras divulgadas la semana pasada indicaron que la economía se contrajo en cada uno de los tres primeros meses del año.
Economistas recortaron sus pronósticos de crecimiento económico para el 2012, de acuerdo a un sondeo del Banco Central publicado el lunes. Las expectativas descendieron a 3,09%, desde el 3,2% una semana antes.
Brasil fue considerado hasta hace poco como una de las economías más dinámicas de mercados emergentes, con tasas anuales de crecimiento sobre 5%. El entusiasmo se evaporó en el último año, ya que los altos impuestos, costos laborales y otros insumos hacen a las industrias del país cada vez menos competitivas.