BRUSELAS.- La Comisión Europea ha recomendado hoy a los países del euro "dar prioridad" al gasto público productivo para potenciar el crecimiento, a la vez que prosiguen las medidas de consolidación fiscal para que sus economías "no pierdan credibilidad".
Así se establece en la evaluación de la Comisión Europea para 2012 de las reformas nacionales y programas de estabilidad de los países de la eurozona, en la que se propone impulsar la creación de empleo con nuevas políticas para el sector y una bajada de la fiscalidad laboral.
"Mientras prosigue la necesidad de respetar la consolidación fiscal, el gasto público productivo necesita ser priorizado", señala la CE en el documento.
Para Bruselas, una consolidación tendiente al crecimiento "necesita priorizar medidas de apoyo al gasto público para que no se limite el ya frágil potencial de las economías de la zona euro".
Pero también advierte que, además de apoyar el gasto público, "conviene vigilar su eficiencia y efectividad".
En los países donde la necesidad de consolidación fiscal es "significativa", recuerda, "parte de esa consolidación debe venir de la recaudación estatal".
Si bien añade que "hay varias maneras de incrementar la recaudación pública sin subir los impuestos", señala más adelante que "como última opción, en algunos países resulta inevitable aumentar algunos gravámenes o introducir nuevas tasas.”
Bruselas considera que se deben minimizar los efectos negativos para el crecimiento y por ello "hay que centrarse en los impuestos que menos pueden repercutir negativamente al impulso económico, como los impuestos al consumo o la propiedad".
Así, afirma que "un aumento en la fiscalidad laboral y del capital tiene más repercusiones desfavorables para el crecimiento económico que otros gravámenes", en referencia al consumo, la propiedad y el medio ambiente.
Una receta, esta última, "particularmente relevante para algunos estados miembros de la zona euro que necesitan mejorar su competitividad".
Si bien la CE dice aplaudir los esfuerzos de consolidación, añade que algunos países como Francia y España no han ido en la buena dirección al aumentar la fiscalidad laboral "cuando otras cargas impositivas menos perjudiciales para el crecimiento no se habían explotado suficientemente".