BERLÍN.- Los socios bávaros de la canciller Angela Merkel, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), apuntan a un regreso "suave" de Grecia al dracma, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) se plantea ya detener la ayuda a Atenas.
"El estado griego debería empezar a pagar la mitad de los sueldos de sus funcionarios, las jubilaciones y otros gastos en dracmas", apunta el secretario general de la CSU, Alexander Dobrindt, en declaraciones hoy al dominical "Welt am Sonntag".
En opinión del político, representante de la formación hermanada a la Unión Cristianodemócrata (CDU) que lidera Merkel, esta forma "suave" de regresar a la antigua moneda sería mucho mejor para Grecia "que un corte radical".
Dobrindt estima que una fórmula de "moneda paralela" desatascaría el crecimiento, al tiempo que propone elaborar en paralelo una "hoja de ruta" para organizar la salida de Grecia de la zona del euro.
El secretario general de la CSU aboga además por trabajar en un concepto destinado a reducir el ámbito de la zona del euro, en lugar de estar reflexionando continuamente sobre "cuál va a ser el camino a seguir para el siguiente traspaso de competencias nacionales a Europa".
Las declaraciones procedentes de la CSU siguen a las expresadas por el ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, del Partido Liberal (FDP) -el tercer socio de la coalición de Merkel, junto a la CDU y la CSU-, rechazando frontalmente toda renegociación de los compromisos adquiridos por Grecia.
Se percibe el deseo de Grecia de "negociarlo todo de nuevo y de cuestionar compromisos substanciales adquiridos", apunta el ministro, en declaraciones al popular diario "Bild".
Westerwelle expresa a ese medio su rechazo total a una renegociación, ratifica que el deseo del Gobierno alemán de que Grecia siga en la zona del euro, pero apunta que "no aprobaremos" ningún cambio sustancial en los compromisos adquiridos por Atenas, a cuyo Gobierno aconseja "tomarse en serio" esas obligaciones.
A las declaraciones de ambos representantes de las coalición de Merkel se suma la información de "Der Spiegel", difundida este domingo, según el cual el FMI se plantea detener su aportación a las ayudas a Grecia, lo que abocaría al país heleno a la insolvencia a partir del próximo septiembre.
De acuerdo con ese medio, el FMI ha advertido ya a la cúpula de la Unión Europea (UE) de que su paciencia con Grecia se ha agotado y de que, por tanto, no participará con nuevas aportaciones.
Las informaciones del semanario se remiten a las evaluaciones que actualmente lleva a cabo la troika -Comisión Europea (CE), Banco Central Europeo (BCE) y FMI- acerca de Grecia.
De acuerdo con estas evaluaciones, el FMI considera que Atenas no estará en disposición de responder a lo comprometido para 2020 y rebajar al 120 % de su Producto Interior Bruto (PIB) su nivel de endeudamiento.
Conceder al país un plazo mayor implicaría nuevas inyecciones financieras por un monto de unos 50.000 millones de euros, a lo que muchos países de la UE no están dispuestos, apunta el semanario.
De acuerdo con ese medio, el peligro de un abandono del euro por parte de Grecia se considera "asumible" por parte de algunos miembros de la zona del euro y se cuenta que se podría evitar un contagio con el nuevo fondo permanente de rescate, el MEDE.
Dicho fondo permanente está pendiente aún de ratificación en Alemania, a la espera de que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre las demandas en curso, lo que se prevé ocurra el 12 de septiembre.