La siesta se convierte en la nueva víctima de la crisis española

MADRID.- La siesta de compras española está por convertirse en la víctima más reciente de la crisis de la deuda soberana.

Para estimular el gasto después de una caída del 23% en las ventas minoristas desde 2007, la cuarta economía más grande de la región del euro aprobó este mes medidas para permitir a los comercios cuya superficie supera 300 metros cuadrados un horario semanal 25% más largo. Es probable que las nuevas normas sirvan de estímulo a las bocas de expendio para vender durante la tradicional siesta vespertina desde las 14:00 hasta las 16:00, y dos domingos o feriados anuales adicionales para un total de 10.

"Cuando todo funcionaba bien, nadie se quejaba, pero ahora que las cosas se pusieron feas, es otra historia", dijo Carmen Cardeno, directora general de comercio interno en el ministerio de Economía del país, que creó las normas. "Debemos evolucionar y ser más flexibles".

España está siguiendo a sus vecinos europeos en un intento de liberalizar los horarios del comercio que tradicionalmente han sido controlados por los gobiernos de la región para proteger los preceptos religiosos, para el descanso y en nombre de los minoristas más pequeños que tienen menos recursos para disponer de personal en los comercios las veinticuatro horas. Durante los Juegos Olímpicos, Inglaterra permite a los comerciantes minoristas abrir sus comercios más allá de las seis horas normalmente permitidas. En Francia, los comercios de comidas pueden estar abiertos 13 horas por día y las tiendas situadas en zonas turísticas tienen derecho a abrir los domingos.

Los comercios españoles están autorizados para abrir menos tiempo que en todo el resto de Europa, según su gobierno, al que las asociaciones minoristas se dirigieron para solicitar que las grandes tiendas puedan abrir 16 domingos o feriados al año. Algunos comerciantes más pequeños se opusieron a la extensión del horario, aduciendo que las tiendas más grandes tendrían la mano de obra necesaria y ellos no. Las nuevas medidas otorgan a las tiendas 18 horas más por semana de horario comercial y permitirán a los comerciantes decidir cuándo rebajar los precios en liquidación en vez de hacerlo sólo dos veces al año.

Dos horas de siesta

Las regiones del país deberán decidir cómo implementar las normas, aunque generalmente siguen las directivas del gobierno central. En Madrid, que es una excepción, las tiendas ya pueden permanecer abiertas todo el tiempo que quieran desde el 15 de julio. Los puntos de venta con una superficie inferior a los 300 metros cuadrados tampoco tienen restricciones de horario, aunque la tradición española de comer en la casa y dormir la siesta hace que la mayoría de los tenderos mantengan sus negocios cerrados alrededor de dos horas al mediodía.

Es probable que las nuevas medidas no basten para compensar la contracción de la demanda en el sector minorista español de 217.000 millones de euros (US$ 264.000 millones) que se agrava en cada año que la crisis continúa, en un país donde una de cada cuatro personas está sin trabajo. El número de empresas que solicita protección por quiebra creció 22% respecto del mismo período del año anterior hasta 2.224 en el primer trimestre, según el instituto nacional de estadísticas, en tanto el comercio es el tercer contribuyente más grande detrás de las empresas de construcción y vivienda, y las compañías industriales y de energía.

Dado que algunas tiendas obtienen hasta 50% de los ingresos de turistas extranjeros, se ha vuelto "crucial" para ellas poder abrir más tiempo y con más frecuencia, dijo José Luis Nueno, profesor de la Escuela de Negocios IESE de Barcelona.

"Una mayor flexibilidad dará un verdadero impulso a los comerciantes minoristas, sobre todo los que se encuentran en situación de supervivencia porque dependen del mercado español", dijo Nueno.