BERLÍN.- La confianza del consumidor en Alemania creció de forma inesperada de cara a agosto, apoyada por una fuerte demanda de artículos duraderos, mostró el jueves un sondeo del grupo de investigación de mercados GfK.
Tras una serie de cifras decepcionantes, el informe da esperanzas de que el consumo privado pueda apuntalar a la economía alemana y protegerla de la debilidad de sus exportaciones a una zona euro en crisis.
El índice de confianza, que es una suerte de indicador anticipado, subió a 5,9 en su medición para agosto desde la lectura de 5,8 alcanzada este mes, superando la proyección de consenso de 5,8 obtenida en un sondeo de Reuters.
La cifra de agosto, basada en un sondeo entre unos 2.000 alemanes, fue impulsada por la tercer alza mensual consecutiva en el índice que mide la disposición de los consumidores a comprar bienes. Este indicador subió a 35,8 en julio desde un 32,7 en junio.
Si bien el índice general se presenta un mes adelantado, sus componentes hacen referencia al mes en curso.
"La situación estable del empleo, marcada por una baja del desempleo, y los consecuentes incrementos del ingreso están dando espacio para una mayor planificación y seguridad", dijo GfK en un comunicado, donde señaló que la crisis de la zona euro estaba impulsando la disposición de los alemanes a consumir.
"La falta de confianza en los mercados financieros y las tasas de interés históricamente bajas significa que no p arece atractivo poner dinero en el banco. Frente a eso, es más probable que los consumidores compren bienes caros, como propiedades o muebles", agregó.
GfK reiteró su proyección de que el consumo privado, que representa cerca de un 60% del Producto Interno Bruto alemán, crecerá un 1% este año.
Pese a la mejora de la confianza, las expectativas de los alemanes sobre la marcha de la economía bajaron por segundo mes consecutivo y entraron en terreno negativo por primera vez desde diciembre.
Esta baja en las expectativas económicas coincide con la caída que sufrió el influyente índice del instituto Ifo sobre las expectativas de los empresarios. Este indicador cayó en julio a su nivel más bajo en más de dos años, según se conoció esta semana.