En África y Medio Oriente el número de personas que sufre hambre aumentó: Hoy hay 83 millones de desnutridos más respecto de 1990.
AP (Archivo)ROMA.- La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) pidió hoy que se apoye a los pequeños productores para luchar contra el hambre, del que suelen ser las primeras víctimas sin poder beneficiarse además del aumento de precios agrícolas.
"En los últimos tres decenios, las inversiones nacionales en agricultura han sido reducidas así como la ayuda para el desarrollo y millones de pequeños productores han tenido que luchar para adaptarse a muchos cambios: clima, mercado y precios", reconoció el director general de la FAO, el brasileño José Graziano Da Silva, al inaugurar la Jornada Mundial de la Alimentación (JMA).
La JMA, que se celebra en 150 países, ha sido dedicada este año a las cooperativas agrícolas, que generan ingresos para millones de pequeños agricultores, y cuya expansión podría contribuir a la lucha contra la pobreza y el hambre, por lo que requieren el apoyo adecuado por parte de gobiernos, sociedad civil y mundo académico. "Son fundamentales para luchar contra el hambre", explicó Da Silva.
Las cooperativas agrícolas representan "una visión alternativa a los modelos económicos que parecen tener como único objetivo el beneficio", tranzó por su parte el papa Benedicto XVI en un mensaje enviado a la FAO.
El aumento de los precios de los alimentos desde 2007 no ha beneficiado el sector, según reconoció el director de la FAO durante una ceremonia celebrada en la sede central de la agencia, ubicada en el corazón de Roma.
El mercado influye
Según la entidad de Naciones Unidas, la lucha contra el hambre recibió un nuevo impulso la semana pasada con la publicación de cifras oficiales que muestran que hoy en día hay en el mundo 132 millones menos de hambrientos con respecto a 20 años atrás, aunque existen todavía 870 millones de personas que a diario no cuentan con alimentos suficientes para vivir.
Una cifra que ha cesado de bajar debido, en especial, a la fiebre que se desató en los mercados.
En África y Medio Oriente inclusive aumentó, y hay 83 millones de personas desnutridas más con respecto a 1990. "No podemos tolerar que ocurra eso en un mundo tan rico, que produce lo suficiente para todos", subrayó Da Silva.
La esperanza de que millones de personas salieran de la pobreza con la subida de los precios del 2007-2008 se desvaneció, admitió el primer dirigente latinoamericano que llega a ese cargo en la FAO, tras recordar que los precios de los cereales registraron un nuevo aumento el mes pasado por la peor sequía en 60 años en Estados Unidos.
Según la organización no gubernamental Acción contra el Hambre, "cerca de 100 millones de personas más ingresaron a partir del 2008 en la lista de desnutridos", fecha en que el hambre dejó de disminuir tras una larga fase positiva. "En materia de hambre, cero es la única cifra aceptable", reiteró por su parte la directora del Programa Mundial de Alimentos (PAM), Ertharin Cousin.
Ante el temor de que los llamados para acabar con el hambre no sean escuchados por la comunidad internacional, la FAO invitó a reforzar la gobernanza de la seguridad alimentaria. "La continua volatilidad de los precios de los alimentos requiere una mejor gobernanza mundial de la seguridad alimentaria", aseguró Da Silva, durante una reunión sobre el alza de precios de los alimentos que ha contado con la participación de una veintena de ministros.
"Los precios de los alimentos y la volatilidad se han incrementado en los últimos años. Y se espera que esto continúe a medio plazo", advirtió el director general de la FAO. "En el mundo globalizado en que vivimos, no es posible que un país tenga seguridad alimentaria por si solo", admitió.
El ministro francés de Agricultura, Stéphane Le Foll, que moderó la reunión, anunció que su país apoya "todas las iniciativas políticas y planes concretos en esta dirección".
Entre los pasos que se han dado para la gobernanza, figura el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA), la creación del Grupo de Tareas de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria Mundial por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, y la creación el año pasado por el G-20 del Sistema de Información de Mercados Agrícolas (SIMA) para garantizar una mejor coordinación internacional, información y transparencia del mercado.