Así quedó el espacio que dejó la obra robada de Henri Matisse, ''La Liseuse en Blanc et Jaune'', que desaparecieron del museo Kunsthall, en Rotterdam, junto a otras obras de Picasso y Monet.
APBERLÍN.- El plan puede ser perfecto, el botín incalculable y el robo perfectamente ejecutado. No obstante, los ladrones de arte rara vez tienen en cuenta cómo se harán ricos con sus obras maestras robadas, dijeron expertos en delitos vinculados al arte.
El 15 de octubre fueron robadas siete pinturas del museo Kunsthall, en la ciudad holandesa de Rotterdam, entre éstas figuraban obras de Pablo Picasso, Claude Monet, Henri Matisse, Paul Gauguin y Lucian Freud. El valor total podría ascender a US$ 130 millones, pero como se trata de bienes robados, las pinturas efectivamente no tienen valor, dijo Olivia Tait, gerente de clientes europeos en el Registro de Arte Perdido, una base de datos online de arte perdido.
"A primera vista, el robo de arte parece una forma fácil de obtener dinero –después de todo, no se consiguen US$ 5 millones asaltando un banco", dijo Tait por teléfono desde Londres. "Los delincuentes no piensan en el hecho de que después no pueden revender las obras de arte. Entonces se dan cuenta de que no pueden pasar las fronteras porque aparecen en todas las bases de dato de la policía".
El robo de Rotterdam es considerado uno de los atracos en el mundo del arte más espectaculares de las últimas décadas. Incidentes comparables son el robo de 2010 de cinco pinturas –también obras de Picasso y Matisse- del Musée d'Art Moderne de París, y el robo de 1990 en el Museo Isabella Stewart Gardner de Boston de obras de arte estimadas en US$ 500 millones.
Escondidas, abandonadas
En ninguno de estos casos se recuperaron las obras perdidas. Una vez que los ladrones toman conciencia de la dificultad de convertir las obras maestras robadas en efectivo contante y sonante, a menudo esconden o abandonan las pinturas, que pueden no reaparecer durante decenios, si es que aparecen.
"Cuarenta por ciento de las obras de arte robadas retornan dentro de los siete años", dijo Ton Cremers, que fue jefe de seguridad en el Rijksmuseum de Ámsterdam durante 14 años y desde entonces asesora a más de 450 museos en materia de seguridad como consultor independiente. "Si no retornan en 10 años, las probabilidades de que sean recuperadas son muy escasas".
A veces las pinturas son incluso destruídas o dañadas por los delincuentes que se las llevaron, dijo Lynda Albertson, directora ejecutiva de la Asociación para la Investigación de Delitos contra el Arte. El ladrón que robó "Paloma con Guisantes" de Picasso del Musée d’Art Moderne en 2010 "lo arrojó a un contenedor poco después del robo y el contenedor fue vaciado antes de poder recuperar la obra", dijo Albertson.
Pese a la dificultad de vender obras de arte famosas robadas, las obras de Picasso son víctimas de robo con más frecuencia que las de cualquier otro artista, según el Registro de Arte Perdido, que tiene una lista de más de 1.000 Picasso desaparecidos.
Lejos de las películas
"Todos saben quién es, aun personas con un par de años de escuela secundaria", dijo Cremers. "Éstos no son expertos en arte. Sólo en las películas aparecen ladrones expertos. En la vida real, se trata simplemente de delincuentes comunes que también roban autos y venden drogas".
De tanto en tanto, "las obras se comercian en el mercado negro, canjeadas por armas por ejemplo", dijo Tait. "Pero en nuestros 20 años de historia, nunca hemos enfrentando una situación estilo Hollywood en la que un coleccionista de arte apasionado contratara ladrones para robar obras de arte específicas".
Las pinturas robadas en el Kunsthal de Rotterdam pertenecen a una colección privada llamada Fundación Triton, iniciada por el empresario holandés Willem Cordia, que murió en 2011, según la agencia de noticias holandesa ANP. Integran la colección alrededor de 250 pinturas, dibujos y esculturas del período comprendido entre 1860 y 1970.