BEIJING.- El aumento de los salarios en China y la caída de las exportaciones han motivado que los fabricantes chinos comiencen a trasladar su producción a naciones del sureste asiático como Vietnam, Indonesia y Malasia.
El portal china.org, que cita a una fuente oficial del Ministerio de Comercio, indica hoy que en los sectores textiles –un tercio de las empresas manufactureras– trabajan "bajo una presión creciente" y ya han transferido parte o la totalidad de su producción fuera de China, buena parte a países miembros de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN).
El "fenómeno es básicamente positivo" y se encuentra en "línea con el compromiso del Gobierno para mejorar el poder de la industria y cambiar el modelo económico de crecimiento de China", aunque se pierdan empleos a raíz del traslado, señaló el portal.
La subida entre 15% y 20% de los salarios en los últimos tiempos ha llevado a la bancarrota a varias compañías chinas y ha impuesto un aumento de 20% en los sueldos mínimos de 16 provincias chinas.
Esto se ha sumado a la caída de las exportaciones hacia la Unión Europea y EE.UU. y a los requisitos del Plan Quinquenal chino, que obligan a mejorar la calidad de la producción, para reducir los márgenes de ganancia de los empresarios, que buscan reducir costes con la mudanza de sus plantas a terceros países.
Contexto
En 2011, el sueldo medio entre los trabajadores de fábricas en Vietnam era de 600 yuanes (unos US$ 96), el equivalente al sueldo en localidades sureñas chinas como Dongguan hace diez años.
No obstante, los analistas consideran que las ventajas salariales no durarán mucho tiempo.
"La ventaja –de los costos laborales de producción– en los países del sureste asiático sólo durará unos años. Hace 10 años muchas industrias de Hong Kong y taiwanesas se trasladaron al delta del río de la Perla (sur de China) para conseguir mano de obra barata, pero ahora podemos ver cómo han subido los costos", recordó el gerente de una compañía de ropa de Foshan (sur), Chen Jian, al portal.
La debilidad este año de las exportaciones chinas, que representan 31% del producto interior bruto (PIB) del país, motivó que en los últimos meses Beijing emprendiera una serie de medidas de estímulo, como la adopción de varios tipos de desgravaciones fiscales.
Tras la puesta en marcha de esas medidas, en septiembre las ventas al exterior de China crecieron un sorprendente 9,9% con respecto al mismo mes del año anterior, la cifra más alta del año.
En lo que va de año, el comercio exterior chino ha crecido 6,3% interanual, para totalizar los US$ 345.030 millones en septiembre. El Gobierno se ha fijado el objetivo de 10% de crecimiento de sus exportaciones para todo el año.