SHANGHAI.- En tanto Volkswagen AG diseña un plan de acción para convertirse en el fabricante de automóviles más grande del mundo para 2018, es cada vez más evidente que dicho camino hacia la dominación mundial atraviesa lugares como Lanzhou, en China occidental.
La capital de la provincia interior de Gansu, que limita con el Desierto de Gobi, alberga un total de 11 concesionarios de VW y sus marcas gemelas, Audi y Skoda. Con una población de 3,6 millones de habitantes, y un PIB per cápita de unos US$ 4.100, Lanzhou es el tipo de ciudad más pequeña alejada de la próspera costa este de China al que apunta VW para su siguiente etapa de expansión.
"El ingreso temprano de Volkswagen en China hizo que nuestros puestos de venta se concentraran en las ciudades desarrolladas más grandes", dijo Soh Weiming, el vicepresidente ejecutivo del fabricante de autos en China. "Ahora, tenemos que crecer en otras".
Las ciudades chinas menos desarrolladas son "la tarea principal" de VW, dijo Soh en una entrevista en el Salón del Automóvil de Guangzhou el 21 de noviembre.
Incrementar las ventas en lugares tan alejados constituye el reto primordial que enfrenta Jochem Heizmann, que asumió como responsable de VW en China a nivel nacional el 1 de septiembre.
El nombramiento de Heizmann, ex jefe de camiones y responsable de planificación de la producción en la empresa, pone de manifiesto la importancia de China en los planes de VW destinados a superar a General Motors Co. y Toyota Motor Corp. También es la primera vez que el ejecutivo de VW que supervisa China ha formado parte del consejo de dirección grupal de la empresa, una medida que según VW incrementa la flexibilidad y el dinamismo de su actividad diaria allí.
Clientes desleales
Lo que está en juego es un mercado que según proyecciones de IHS Automotive y Macquarie Securities en tres años podría superar a las ventas de Estados Unidos, Alemania y Japón juntos. Las marcas Volkswagen, Audi y Skoda de VW representan un quinto de las entregas de vehículos sedán de China, muy por delante de General Motors Co., que alcanza un 9,9% con sus modelos Buick y Chevrolet, según la firma investigadora LMC Automotive. Hyundai Motor Co. se ubica en el puesto número 3 con 9,7%, dijo LMC.
VW se propone consolidar su ventaja con una inversión fuerte que supera la proyectada por sus rivales. Las empresas de VW en China han prometido gastar 9.800 millones de euros (US$ 12.600 millones) en China hasta 2015, en tanto GM dice que invertirá US$ 7.000 millones en los cinco años previos a esa fecha.
La empresa alemana prevé ese diferencial de gasto para poder conquistar la nueva oleada de compradores de autos chinos, compuesta en su mayoría por primerizos con escasa lealtad a una marca.
"Los consumidores chinos son notoriamente desleales", dijo Bill Russo, presidente de Synergistics Ltd., una firma investigadora de Pekín. "El desafío de Volkswagen es seguir desarrollando una gestión de relación con el cliente, y estar geográficamente en las regiones de alto crecimiento".
Las ciudades chinas más pequeñas representarán 60% de las nuevas entregas de autos al final de la década, en comparación con el 40% de los últimos 10 años, predice McKinsey Co. Las ventas de autos en las ciudades llamadas de tercer y cuarto nivel crecerán un 10% anual hasta 2020, frente a un 4% anual en Shanghai y Pekín, dijo McKinsey.
La importancia del país, que ya es el mercado de automóviles más grande del mundo, será aún mayor , mientras que una salida interminable de la crisis de la deuda afecta las ventas en Europa.
"Globalmente, el crecimiento será un poco lento", dijo Heizmann a periodistas el 21 de noviembre. "China es diferente", dijo. "En China, cada empresa, cada marca está vendiendo particularmente bien".