LONDRES.- La canciller alemana, Angela Merkel, adviertió hoy en una entrevista de que Europa deberá "trabajar muy duro" si quiere mantener su sistema de bienestar social y al mismo tiempo ser globalmente competitiva.
En declaraciones al diario "Financial Times", Merkel indicó que, para sobrevivir a la globalización, el continente debe invertir más en investigación y educación, y reformar su sistema de impuestos y laboral para restaurar la competitividad.
En cuanto a la inversión en el sistema social, aseveró que "todos tenemos que dejar de gastar más de lo que ganamos cada año".
"Si Europa constituye hoy poco más que el 7% de la población mundial, produce un 25 % del PIB global y debe financiar un 50% del gasto social global, es obvio que tendrá que trabajar muy duro para mantener su prosperidad y estilo de vida", declaró la Mandataria.
En la misma entrevista, Merkel niega que las discrepancias con el presidente de Francia, François Hollande, pongan el peligro el eje franco-alemán como "motor" de la integración en Europa.
"Aunque representamos a diferentes países y tendencias políticas, siempre encontramos soluciones", afirma la jefa del Gobierno alemán.
Merkel también explica que su experiencia durante el colapso de la Alemania comunista ha teñido sus ideas políticas.
"En la República Democrática Alemana y en todo el sistema socialista fuimos testigos de una economía que no era ya competitiva y que negaba a la gente prosperidad, llevando finalmente a una gran inestabilidad", rememoró.
"Me preocupa que mucha que gente en Europa asume que, junto con EE.UU., Europa supone el único marco de referencia para el mundo, que es tradicionalmente fuerte y que el mundo se fija en nosotros", manifiestó.
"Han surgido otros modelos, como China, India, Japón, Brasil, y se les unirán otros países que trabajan duro y están demostrando ser innovadores", advirtió la jefa del Gobierno alemán.
Merkel ya se mostró cautelosa en cuanto al futuro de Europa en la reunión del viernes en Bruselas, cuando dijo que el continente debe afrontar un proceso de transformación "muy difícil y doloroso" para subsanar la falta de disciplina fiscal durante años y la pérdida de competitividad.