MADRID.- El Deutsche Bank y el banco británico Barclays han entrado en el llamado "banco malo" español, junto con otros 12 nuevos inversores, lo que le ha permitido completar el 100% de su capital social inicial, informó hoy la nueva entidad creada para gestionar los activos tóxicos inmobiliarios.
El "banco malo", cuyo nombre oficial es Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), está participado en un 55% por accionistas privados. El 45% restante lo aporta el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), dependiente del Estado español.
Además de Deutsche Bank y Barclays se han incorporado al Sareb las entidades españoles Ibercaja, Bankinter, Unicaja, Cajamar, Caja Laboral, Banca March, Cecabank y Banco Cooperativo Español, así como las aseguradoras Mapfre, Mutua Madrileña, Catalana Occidente y Axa.
Previamente ya habían anunciado su participación el Banco Santander, la primera entidad crediticia española y principal accionista, así como el Caixabank, Banco Sabadell, Banco Popular y Kutxabank. El segundo grupo financiero español, BBVA, no participa en el "banco malo".
Los accionistas privados aportan al capital social inicial del "banco mal" 524 millones de euros (US$ 690 millones) y el FROB otros 431 millones de euros. Estas cantidades se incrementarán en una segunda fase, a partir del primer trimestre de 2013.
Junto con otros inversores, todas las entidades privadas suscribirán en las próximas semanas deuda subordinada emitida por el Sareb y aportarán los recursos necesarios para cerrar hasta un importe máximo de 3.800 millones de euros en fondos propios previstos en la primera fase. De esta cantidad, el 75% será deuda subordinada y el 25% capital.
El "banco malo" gestionará un volumen de activos tóxicos de alrededor de 55.000 millones de euros. Antes de finalizar este año adquirirá los activos de las cuatro entidades nacionalizadas -Bankia, Catalunya Bank, Novagalicia y Banco de Valencia- por unos 40.000 millones de euros provenientes del fondo de rescate europeo.
El Eurogrupo le había exigido a España la creación del "banco malo" como una de las condiciones de la ayuda bancaria por un máximo de 100.000 millones de euros ofrecida en junio pasado. El Sareb absorberá los activos inmobiliarios para después venderlos en un plazo de 15 años.