EFE
WASHINGTON.- La Cámara de Representantes del Congreso de EE.UU. sesionará este domingo para intentar impedir que a partir del 1 de enero se produzcan la subida generalizada de impuestos y los recortes de gastos conocidos como "abismo fiscal".
Los legisladores volverán al trabajo el domingo 30 de diciembre, dos días antes de que venza el plazo para que, a falta de acuerdo, el país entre en el temido "abismo fiscal", según anunció hoy el líder de la mayoría republicana en la Cámara baja, Eric Cantor.
Las primeras votaciones del domingo podrían producirse a partir de las 18.30 hora local (23.30 GMT), detalló Cantor.
El Senado, controlado por los demócratas, volvió hoy al trabajo y el presidente de EE.UU., Barack Obama, regresó a Washington tras interrumpir sus vacaciones navideñas en Hawai en busca de un acuerdo de última hora con los republicanos.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, alertó de que el país camina hacia el temido y abrupto ajuste fiscal por la falta de avances en las negociaciones bipartidistas, e instó a los republicanos a presentar un plan que pueda ser aprobado por ambas cámaras del Congreso.
Mientras, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, se mantuvo firme en su argumento de que es el Senado el que debe hacer el siguiente movimiento en las negociaciones fiscales, durante una conferencia telefónica con legisladores de su partido.
Según la cadena CNN, que citó a varias fuentes legislativas, Obama pensaba enviar hoy una propuesta a los líderes republicanos del Senado para evitar el "abismo fiscal".
No obstante, fuentes anónimas de la Casa Blanca negaron después a la misma cadena esa información. De acuerdo con The New York Times, Obama prevé invitar a una reunión en la Casa Blanca este viernes a los líderes de ambos partidos en el Congreso.
El principal obstáculo en las negociaciones es el tema impositivo, ya que los republicanos se oponen a las subidas de tasas a los más ricos propuestas por el presidente.
Si no hay un acuerdo antes del 1 de enero, las subidas generalizadas de impuestos se producirán como consecuencia del vencimiento de exenciones aprobadas hace una década durante la presidencia de George W. Bush.
Por su parte, los recortes automáticos del gasto público fueron acordados por el Congreso en el verano de 2011 como mecanismo de presión para forzar un acuerdo bipartidista, que nunca llegó, sobre la reducción del déficit presupuestario y la deuda.
Los analistas alertan de que este abrupto ajuste fiscal podría devolver a Estados Unidos a la recesión en el momento más inoportuno, cuando su economía todavía se está recuperando con lentitud de la grave crisis de 2008.