LONDRES.- La empresa de viajes británica Thomas Cook anunció hoy un plan de reestructuración para volver a los beneficios que implicará la supresión de 2.500 empleos y el cierre de algunos puntos de venta.
El grupo, que en el año hasta el pasado septiembre registró unas pérdidas brutas de 485 millones de libras (561 millones de euros), señaló que la mayoría de los despidos se producirán en las oficinas y en sus establecimientos comerciales.
Esos recortes supondrán una reducción del 16% de su plantilla en el Reino Unido e Irlanda, de unos 15.000 empleados.
En su comunicado, aseguró que, incluso tras estas medidas, la empresa, la segunda de viajes del país, continuará teniendo "una de las mayores redes de venta al detalle en el sector de viajes en el Reino Unido".
Thomas Cook, que ya cerró 149 tiendas tras verse en dificultades en 2011, ha atribuido sus pérdidas "al difícil ambiente de negocios" y al alza del precio del combustible.
La empresa incurrió en graves pérdidas ese año a raíz de las revueltas en países de Oriente Medio y el Norte de África, que afectaron a sus operaciones turísticas sobre todo en Egipto y Túnez.
En 2012, el grupo, que arrastra una deuda de 788 millones de libras (912 millones de euros), consiguió una línea de crédito por 1.400 millones de libras (1.600 millones de euros) que le permitió posponer tres años el pago a los acreedores.
El consejero delegado de Thomas Cook en Europa y el Reino Unido, Peter Fankhauser, dijo hoy que, aunque es difícil tomar decisiones que "afectan a nuestra gente", es su responsabilidad reformar el negocio y garantizar que "cuando los clientes reservan unas vacaciones, los costes administrativos sean lo más bajos posibles".
Por su parte, el representante sindical de la plantilla, Manuel Cortés, afirmó que la política de recorte de personal y tiendas "es contraproducente" y señaló que la empresa debería "estar ofreciendo nuevos productos para poder prosperar en el siglo XXI".