MOSCÚ.- Anatoli Aksákov, presidente de la Asociación de Bancos Regionales de Rusia, denunció este domingo, que el rescate a Chipre y la quita exigida por la Unión Europea a todos los depósitos bancarios en el país mediterráneo perjudican los intereses de su país.
El líder de la patronal bancaria aseguró que el bienestar logrado por Chipre se debe en gran medida al dinero ruso, que ahora evitará los bancos de la isla. Se estiman unos 20.000 millones de dólares.
"Ahora la confianza en Chipre como lugar para depositar dinero se romperá", lamentó Aksákov, al que le parece obvio que los europeos no hayan guardado sus ahorros en el pequeño país mediterráneo, y que considera que el rescate privado impuesto por Bruselas se pagará con el dinero de los rusos y los chipriotas.
La quita implica que todos los ahorradores, residentes o no, paguen un impuesto extraordinario del 9,9 % sobre los depósitos de más de 100.000 euros y de 6,75 % para los de menos.
La medida se agrava por el "corralito" parcial decretado por Europa, que prohíbe toda transferencia bancaria para evitar la fuga de capitales y que impone la retención prácticamente inmediata de las cantidades correspondientes al impuesto extraordinario.
En vísperas de que el ministro de Finanzas chipriota, Michalis Sarris, llegue a Moscú para negociar un nuevo programa de ayuda financiera a Nicosia, el vicepresidente de la Asociación Rusia, Alexandr Jandrúyev, propuso condicionar ese crédito a que la quita no se aplique en toda su medida a los depósitos rusos.
"Creo que se podría plantear que Rusia conceda ayuda financiera a Chipre a cambio de que este impuesto (extraordinario) no se aplique en su totalidad o se aplace un tiempo" para los ahorradores rusos, dijo Jandrúyev en declaraciones al canal de televisión "Rossía 24".
Mientras, Aksánov no dudó en criticar la ayuda concedida en 2011 por el Gobierno ruso a Nicosia: "La ayuda concedida fue precipitada si nuestras empresas no han tenido tiempo de retirar sus fondos" de las cuentas chipriotas.
El titular de Finanzas ruso, Antón Siluánov, adelantó el pasado viernes que Moscú pedirá a Nicosia información sobre las cuentas de los ciudadanos y empresas rusas, con el fin de blanquear capitales no declarados en origen.