El Presidente ruso, Vladímir Putin
MOSCU.- El Kremlin reaccionó hoy con dureza al anuncio de la quita a los depósitos bancarios en Chipre, que afectaría directamente a los capitales rusos, y amenazó a Nicosia con revisar la reestructuración de la deuda chipriota.
Tanto el presidente ruso, Vladímir Putin, como el primer ministro, Dmitri Medvédev, criticaron sin rodeos la medida, impuesta por el Eurogrupo a cambio de un resate financiero y aceptada por Nicosia, que de ser aprobada mañana por el parlamento, perjudicará a empresas y bancos rusos que operan en la isla mediterránea.
"No andaremos con rodeos, esto (la quita) se asemeja a una simple confiscación de dinero ajeno", declaró el jefe del Ejecutivo ruso, según agencias locales, en una reunión del Consejo Supervisor del Vnesheconombank, la entidad bancaria estatal para el comercio exterior.
A su vez, Putin tachó de "injusta, poco profesional y peligrosa" la medida, anunciada como condición para un rescate al país de $ 10.000 millones de euros y que, de aprobarse en el Parlamento, obligará a los ahorradores, residentes o no, a pagar un impuesto extraordinario estimado, según últimas informaciones, en el 12,5% sobre los depósitos de más de $ 100.000 euros y el 3% sobre el resto.
La medida se agrava por el "corralito" parcial decretado por Europa, que tiene los bancos insulares cerrados y prohíbe toda transferencia bancaria para evitar la fuga de capitales, además de imponer la retención prácticamente inmediata de las cantidades correspondientes al impuesto extraordinario.
Operadores financieros, próximos a la negociación entre Bruselas y Nicosia, han reconocido que la intención era cargar parte del polémico rescate sobre las grandes fortunas rusas que durante años han aprovechado la opacidad financiera del pequeño país mediterráneo para esconder su riqueza.
La decisión no ha gustado en Moscú, a pesar de que tampoco el Kremlin tiene en estima a las empresas y ciudadanos rusos que han llevado a Chipre su dinero, procedente a menudo de la economía sumergida e incluso de la actividad criminal.
La isla mediterránea ostenta el dudoso honor de ser el primer destino en la fuga de capitales desde Rusia, a tiempo que también lidera el capítulo de las inversiones extranjeras en este país, con más de US$ 13.000 millones, según datos del Banco Central ruso.
No lo tendrá fácil el ministro de Finanzas chipriota, Michalis Sarris, cuando venga a Moscú el miércoles para pedir una prórroga de cinco años y una rebaja de los intereses sobre el crédito de $ 2.500 millones de euros que Rusia concedió a Chipre en 2011.
Su colega ruso, Antón Siluánov, advirtió de que Rusia se replanteará la reestructuración de la deuda de Chipre ante la nueva situación que perjudica a los depositantes rusos, que de hecho acumulan unos US$ 20.000 millones en cuentas de Chipre, más de una quinta parte de todos los depósitos en los bancos de la isla.
"La decisión del Eurogrupo de introducir un impuesto sobre los depósitos se adoptó sin consultar con Rusia, por eso estudiaremos de nuevo nuestra participación en la reestructuración del crédito concedido", dijo el titular de Finanzas ruso.
Siluánov subrayó que "la decisión de introducir un impuesto sobre los depósitos, es, bajo nuestro punto de vista, injusta, ya que los problemas de supervisión y regulación bancaria se les endosan a los depositantes".
Rusia puede dar un importante giro a las que eran hasta hace unos días sus propias condiciones para ayudar a las finanzas de Chipre: aún el viernes pasado Moscú pretendía obtener información sobre los ciudadanos y empresas rusas con cuentas en la isla para revelar la identidad de sus defraudadores fiscales.
Tras conocer los primeros detalles del rescate a Chipre, los bancos y empresas rusos vieron hacerse realidad algunos de los peores augurios adelantados días antes por la agencia de calificación de riesgos Moody's.
La entidad advertía que en caso de la congelación de los depósitos y su uso para repartir la carga financiera de un rescate, las empresas rusas sufrirían pérdidas y no podrían repatriar su dinero, algo que repercutiría de forma directa en su capacidad para afrontar sus compromisos de pago en Rusia.
Por si fuera poco, Moody's recordaba que bancos rusos han otorgado créditos por un monto de hasta US$ 40.000 millones a sociedades opacas (offshore) de Chipre, una cifra que según el diario "Financial Times" equivale al 5% a 6% de toda la cartera de créditos de la banca rusa.
Otros US$ 12.000 millones se hallan en las cuentas de los filiales que tienen los bancos rusos en la isla.