NICOSIA.- Chipre advirtió este martes que serán necesarios "esfuerzos sobrehumanos" para reabrir sus bancos este jueves como está previsto, pese a un plan de rescate europeo que está lejos de haber calmado todas las inquietudes en la isla y en Europa.
A pesar de ese plan decidido el lunes de severas condiciones, la tensión seguía siendo alta en Nicosia donde se ven agentes de seguridad delante algunos bancos.
Al punto que el ministro chipriota de Finanzas, Michael Sarris, decidió el lunes por la noche atrasar hasta el jueves la apertura de los bancos, cerrados desde el 16 de marzo, para evitar una fuga masiva de capitales.
Ante esta situación, las autoridades afirman que hacen "esfuerzos intensos", según el portavoz del gobierno, o "sobrehumanos", según el gobernador del banco central, Panicos Demetriades, para permitir la reapertura de los bancos el jueves.
La crisis provocó la dimisión de Andreas Artemis, presidente del Bank of Cyprus, la mayor entidad del país.
Según varias web informativas locales, renunció a sus funciones en protesta por las modalidades de absorción del Laiki Bank por parte del Bank of Cyprus. El Laiki Bank es la segunda entidad bancaria del país y será liquidada.
No obstante el consejo de administración del Bank of Cyprus anunció que había rechazado la dimisión de Artemis, quien quiso protestar contra el nombramiento de un administrador encargado de una drástica reestructuración del grupo.
"El consejo de administración no ha aceptado las dimisiones" de Artemis y de cuatro administradores, anunció el banco en un comunicado, precisando que esta decisión sólo haría efectivas las dimisiones al cabo de una semana, si son mantenidas.
"Estamos ante una emergencia, realmente nos enfrentamos a una experiencia sin precedentes", explicó el martes a la BBC el ministro chipriota de Finanzas, Michael Sarris.
Chipre teme una salida masiva de capitales, en particular extranjeros, en cuanto se abra el "corralito".
Los clientes de Bank of Cyprus y de Laiki Bank sólo pueden sacar 100 euros diarios en los cajeros, y a partir del jueves se instaurarán otros controles durante "algunas semanas", según el ministro.
Chipre recibirá una ayuda de 10.000 millones de euros de ayuda, pero a cambio, la isla mediterránea tendrá que reducir drásticamente su sistema financiero y dejar de ser un paraíso fiscal, imponiendo enormes pérdidas a los ahorradores con más de 100.000 euros en los dos principales bancos de la isla.
Estos dos bancos, que han atraído capitales extranjeros, en particular rusos, muchos de los cuales de dudosa procedencia y de ahorradores europeos atraídos por los elevados intereses que pagaban, sufrieron grandes pérdidas por su fuerte exposición a la deuda griega.
El plan de rescate, que ha permitido permanecer a Chipre en el euro, fue relativamente bien recibido por los mercados, pero unas declaraciones del presidente del Eurogrupo, el club de los ministros de Finanzas del euro, Joeren Dijsselbloem, llenaron de incertidumbre los ánimos.
El ministro holandés de Finanzas dio a entender que la solución para Chipre podría aplicarse para otros países de la zona euro en dificultades. Poco después dio marcha atrás y dijo que el de Chipre es un caso único.