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Comparan los derechos de las empleadas domésticas de Brasil con el fin de la esclavitud

Una mujer dice que podría tener que despedir a la niñera que cuida a sus hijos desde hace dos años para evitar pagar los 800 reales (US $400) adicionales por mes que ahora le costarán las horas extra.

08 de Abril de 2013 | 16:24 | Bloomberg
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Macarena Pérez, El Mercurio

RÍO DE JANEIRO.- Para millones de empleadas domésticas, la nueva ley es un hito comparable a la abolición de la esclavitud en Brasil en el siglo XIX. Para las familias que las contratan, es un problema de presupuesto que podría obligarlas a cocinar y limpiar sin ayuda.


La semana pasada el Congreso brasileño aprobó una enmienda constitucional que concede a las empleadas domésticas una jornada de trabajo de ocho horas, pago de horas extras y otros derechos que gozan el resto de los trabajadores. Si bien los legisladores elogiaron la norma calificándola de histórica, esta ha despertado entre las familias de clase media y alta la preocupación de que el costo de emplear a una doméstica o una niñera se dispare, luego de casi duplicarse desde 2006.


Daniela Batista, una madre que trabaja en Sao Paulo, dice que podría tener que despedir a la niñera que cuida a sus hijos desde hace dos años para evitar pagar los 800 reales (US $400) adicionales por mes que ahora le costarán las horas extras. Actualmente paga 1.800 reales por doce horas de servicio, cinco días por semana, y podría tener que buscar a alguien que trabaje por menos dinero.


"Para mí y para todas las personas que conozco, trabajar menos horas no es una opción", señala Batista, que es directora de finanzas de Simpress, empresa proveedora de servicios de impresión.


Batista no es la única preocupada por tener que salir del mercado debido a los altos precios. Legal Domestics, agrupación que promueve los derechos de las empleadas domésticas, calcula que 815.000 mujeres negras y en su mayoría pobres podrían perder el empleo como resultado de las leyes más estrictas. Eso representa el 40% de los actuales 2 millones de trabajadoras domésticas documentadas.


"Una familia no es una empresa. No va a contratar a un contador para calcular las horas extras, el pago por vacaciones, etcétera", dijo en entrevista telefónica Mario Avelino, responsable del grupo con sede en Río de Janeiro, que basó sus conclusiones en una encuesta online a empleadores.


Aumento de los costos


Aunque los despidos podrían limitarse si el gobierno otorga exenciones impositivas a las familias, no hay duda de que la ley acelerará una tendencia al aumento de los costos del personal doméstico, agregó Avelino.


Los salarios promedio de las empleadas domésticas dieron un salto del 13% el año pasado, ritmo que duplica a la inflación, y han subido más rápido que los de otras profesiones en la última década, según la oficina nacional de estadísticas.


Una de las razones es que la cantidad de empleadas domésticas se está reduciendo, de 7,2 millones en 2009 a 6,7 millones en 2011, en tanto un desempleo que se ubica en mínimos récord alienta a los pobres, que durante décadas conformaban una reserva de mano de obra barata, a buscar empleos de mejor remuneración y mayor calificación.


"Estamos acercándonos a un sistema al estilo estadounidense donde pronto sólo los ricos podrán permitirse tener empleadas domésticas", opinó Avelino.


Eso rompe con la tradición en Brasil, cuya población de trabajadoras domésticas casi duplica al total de 3,6 millones de todas las naciones desarrolladas, según la Organización
Internacional del Trabajo de Ginebra.

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