ATENAS.- El primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, dio hoy un espaldarazo al proceso de reformas en Grecia, un gesto ante todo simbólico en un momento en que el Gobierno heleno ha sufrido un fuerte revés en su programa de privatizaciones y con la troika en una nueva misión en Atenas.
"Hace un año muchos hablaban abiertamente de la salida de Grecia del euro. Hoy, en cambio, ya nadie habla del ’grexit’,” dijo Juncker durante su visita de trabajo a Atenas, siguiendo así la tónica del jefe de Gobierno griego, Andonis Samarás, quien hoy volvió a insistir en la buena marcha del proceso de recuperación del país.
El líder griego recordó que la prima de riesgo se ha reducido a la tercera parte en un año, que Grecia ha recuperado fiabilidad en el extranjero y que las privatizaciones están dando sus frutos.
Pero es precisamente este último punto, en el que su Gobierno acaba de sufrir un importante revés, al retirarse Rusia de la puja por la privatización de las compañías de distribución y circulación del gas.
La decisión del gigante ruso Gazprom de no presentar ayer -fecha en que vencía el plazo de licitación- una oferta vinculante por las griegas DEPA (venta de gas) y DESFA (redes) cayó como un jarro de agua fría en el mundo político y empresarial de este país, que ya había dado prácticamente por hecha la operación.
Hoy, Juncker evitó entrar en el debate sobre una posible implicación de la Comisión Europea en el fracaso de la operación de venta de la gasística DEPA y su subsidiaria DESFA al gigante ruso Gazprom.
Previamente, el presidente de la empresa pública encargada de las privatizaciones (Taiped) había asegurado hoy en una entrevista con el canal privado de televisión Mega que "es evidente que entre la Comisión Europea y los rusos hubo algunos acuerdos que llevaron a los rusos a no participar".
La Unión Europea, como también Estados Unidos, veían con recelo la entrada de Rusia en el mercado de gas griego, por aumentar aún más la dependencia europea del poderío gasístico ruso.