Wolfgang Schäuble.
EFE (archivo)LUXEMBURGO.- Los ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE) no lograron llevar a puerto su intento de lograr un acuerdo político sobre las reglas de los futuros rescates bancarios en Europa, asunto clave debido a la difícil situación que viven distintas economías del viejo continente.
La mala noticia fue confirmada por el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, al término de la intensa reunión que se extendió durante 21 horas.
Pese a las prolongadas tratativas, el Ecofin no logró ponerse de acuerdo sobre la futura directiva de reestructuración y resolución bancaria de la UE, que pretende que sean los bancos y los acreedores los que paguen la factura en casos de quiebras, en lugar de los contribuyentes.
"Estamos cerca de un acuerdo pero aún no estamos definitivamente ahí y por eso hemos decidido no forzar nada y volver a reunirnos el miércoles", señaló Schäuble, quien se mostró confiado de lograr la próxima semana "un buen resultado".
El ministro de Finanzas de Irlanda, Michael Noonan, quien presidió las negociaciones, justificó el fracaso del encuentro diciendo que todos sabían que "iba a ser una reunión muy difícil", aunque destacó que los trabajos han permitido acercar posiciones entre los países.
Otra vez "in extremis"
La cita se celebrará un día antes de la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, en un escenario similar al que ya ocurrió cuando tuvieron que cerrar in extremis en diciembre pasado el supervisor bancario único antes de un Consejo Europeo.
El objetivo de la directiva es establecer una jerarquía que aportará claridad en el futuro sobre qué acreedores y en qué orden pueden verse sometidos a quitas, empezando por los accionistas, deuda subordinada y bonos júnior y sénior y finalmente depósitos no asegurados.
Asimismo, se quiere evitar que se repitan casos como el de Chipre, cuando el Eurogrupo impuso inicialmente una tasa especial a los depositantes de menos de 100.000 euros, provocando intensa polémica en la isla y en otros países de la eurozona.
Las críticas se centraron en que el hecho rompió la normativa europea relacionada con la garantía para los pequeños ahorrantes.
El atasco principal fue el porcentaje de pasivos de los bancos que pueden sufrir pérdidas y en el de los que pueden ser eximidos o parcialmente excluidos en circunstancias excepcionales y bajo estrictas condiciones.
En la última versión del texto que negociaron los ministros se establece que el monto máximo de pasivos que podría ser eximido equivale al 5% del total de pasivos del banco.
No obstante, dicha exclusión solo puede ser aplicada después de que 8% del total de pasivos -incluyendo los fondos propios- haya sido sometido a descuentos y solo si el dinero que falta entonces para rescatar el banco está cubierto por otras vías de financiación, otros acreedores o tasas sobre la banca en un plazo de tres años.