El centro de la capital islandesa, Reykjavik.
AFPREYKJAVIK.- Los duendes y los glaciares de Islandia contribuyen a reanimar a la economía de la isla luego de su fallida incursión en las altas finanzas.
El país nórdico, cuya economía quedó en jaque luego del derrumbe de sus tres mayores bancos en 2008, vuelve ahora a sus raíces para crecer, para lo cual hace funcionar a pleno su flota pesquera y promociona sus glaciares y volcanes para atraer turismo. La población también recurre al folklore de Islandia como hogar de duendes y otros espíritus a los efectos de obtener moneda extranjera.
Con la ayuda de un debilitamiento de alrededor de 90% de la corona desde 2007, los esfuerzos rinden frutos. La cantidad de visitantes a la isla aumentó 38% entre 2010 y 2012 y llegó a 673.000 el año pasado, más del doble de la población, indican datos de la Oficina de Turismo. El auge genera nuevas empresas de turismo, la cantidad de las cuales se incrementó 41% desde 2008, según Statistics Iceland.
"Hay una creciente demanda de desconectarse de todo, de tener oportunidades de estar a solas en los grandes espacios abiertos de la naturaleza", dijo Birgir Omar Haraldsson, máximo responsable ejecutivo del servicio de helicópteros Nordurflug ehf, que traslada a personas a picnics en glaciares y otros lugares de difícil acceso.
El turismo constituyó el 6,2% del producto interno bruto el año pasado, un aumento de 0,9 puntos porcentuales respecto del año anterior y de 1,7 puntos porcentuales en relación con 2010, según Arnar I. Jonsson, un economista de Landsbankinn hf. En comparación, Irlanda recibe del turismo solo alrededor del 2,7% del PIB. El sector proporciona ingresos vitales a la economía de US$ 14.000 millones, en momentos en que Islandia busca atraer inversión extranjera y retira los controles de capital establecidos en 2008 luego de que la corona cayera 80% contra el euro en el exterior.
"Muy importante"
"El crecimiento es muy importante", dijo Jonsson.
Ragnhildur Jonsdottir, que vive en Hafnarfjordur, una pequeña ciudad al sur de Reykjavik, aprovecha la fama de la isla como hogar de "personajes ocultos", tal como se los llama. El año pasado, más de 1.000 personas visitaron el parque Hellisgerdi, sede del "Jardín de los duendes". También hay escuelas de duendes, y comercios de toda la isla venden productos relacionados con esos seres, los cuales, según la leyenda, viven en las rocas.
"Los duendes podrían contribuir a que Islandia restaurara su economía si nos mostráramos dispuestos a seguir sus consejos", dijo Jonsdottir con una sonrisa durante una entrevista realizada este mes en Hafnarfjordur.
Las atracciones turísticas tradicionales comprenden los géiseres, el mayor de los cuales, el Great Geysir, permanece en estado latente desde 1915, y lagos termales como la Blue Lagoon.
"Estamos impresionados con lo que hemos visto hasta ahora", dijo Bill Mancey, un conductor de taxi de Devon, Gran Bretaña, que visitó la isla este mes en el marco de un crucero.
Hay una "fiebre del oro" turística, dijo Sigurdur Smari Gylfason, que trabajaba antes en finanzas empresariales y ahora dirige una firma de alquiler de autos.