BRASILIA.- La política de desgravaciones propuestas por el gobierno brasileño fue específica para contener la crisis económica que sacudió no sólo a Brasil, sino también a los países desarrollados, dijo la Presidenta Dilma Rousseff este miércoles.
La Mandataria afirmó que el gobierno cree que "pasó lo peor de la crisis" y citó la baja del estímulo dado por el Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI) para productos de la llamada línea blanca, aunque destacó la preocupación del gobierno "con la salud financiera de los municipios".
"La política de desgravaciones del gobierno federal tiene el objetivo de estimular la economía. Todos los gobiernos ganan con eso porque la recaudación pública, cuando se estimula la economía, crece en la misma proporción", afirmó la presidenta en una entrevista a emisoras de radio de Bahía.
Rousseff aseguró que una de las desgravaciones más importantes y que son permanentes en valor en Brasil -que también afecta a los municipios-tiene que ver con el Impuesto sobre la Circulación de Mercancías y Servicios (ICMS).
"Estoy exponiendo el tema del ICMS aquí para mostrar que la desgravación no es federal. Allí está uno de los más importantes volúmenes de desgravaciones en el ICMS", agregó Dilma.
Para la Mandataria, el desembarco de las empresas en los estados se basó en las políticas de desgravaciones, lo que afecta a los municipios, y originó lo que se conoció como guerra fiscal. "Por eso es importante discutir una reforma tributaria", dijo.
Al iniciar la entrevista y citar inversiones del gobierno federal en Bahía, la Mandataria volvió a decir que Brasil dejó de invertir durante décadas en ferrocarriles y que el gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) perfeccionó esos proyectos, con cambios en la legislación, por ejemplo.
"La legislación brasileña, que regula el buen uso de los recursos públicos, estaba un poco paralizada. Como no había proyectos, el énfasis se ponía en la fiscalización más que en la realización de obras", señaló la presidenta.