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ReutersMOSCÚ.- A comienzos de los años Noventa, Sergey Kolesnikov e Igor Rybakov pasaban sus veranos reparando techos en Moscú, un empleo por el que ganaban US$ 500 mensuales.
Este trabajo dio a estos aspirantes a científicos, que eran compañeros de cuarto en el Instituto de Física y Tecnología de Moscú, la universidad de investigación más importante de Rusia, la posibilidad de convertirse en empresarios después de la caída de la Unión Soviética.
"Obtuvimos dos títulos, uno en física y otro en techos", dijo Kolesnikov en una entrevista en su oficina del centro de Moscú.
El título de especialización en techos rindió sus frutos. La sociedad Technonicol, que es la empresa que formaron mientras estaban en la universidad, es actualmente la empresa más grande de suministro para techos, con una red de 700 puntos de distribución en el país, 180 de ellos de su entera propiedad. El negocio tuvo ingresos por 59.400 millones de rublos (US$ 1.900 millones) en 2012, un 25% más que el año anterior, según informes financieros aportados por Kolesnikov.
La empresa está valorada en US$ 2.800 millones, según datos compilados por Bloomberg, convirtiendo a estos socios por partes iguales en dos de los multimillonarios más jóvenes de Rusia. Ninguno de los dos figura en una clasificación internacional sobre riqueza.
"Siempre me gustó resolver acertijos y para mí el negocio es una especie de acertijo", dijo Kolesnikov. "Ninguno de los dos pensó en llegar a ganar dinero en semejante escala".
Reconstruir Rusia
Los multimillonarios, ambos de 41 años, ingresaron en el mercado en un momento muy oportuno que les permitió captar el inicio de una ola de privatización de las propiedades inmobiliarias y de mejoras públicas a las viviendas de la era soviética. El número de casas nuevas construidas en forma privada en Rusia creció casi dos veces, hasta 205.000, desde 2002 hasta 2012, según datos del Servicio de Estadísticas del Estado Federal, y las unidades nuevas de departamentos aumentaron más del doble durante el último decenio, hasta 838.000.
En estos últimos cinco años, el gobierno gastó más de US$ 7.000 millones mejorando las viviendas del país, según el Fondo Estatal de Asistencia para la Vivienda y Servicios Comunales, y proyecta gastar otros US$ 3.300 millones en materiales para mejorar 1,6 millones de edificios de departamentos que todavía necesitan reparaciones.
Technonicol tiene una participación de 30% en el mercado de aislación en Rusia, según Abarus Market Research con sede en Moscú. Setenta por ciento de sus ventas provienen de la prestación de trabajos de reparación y el resto de ventas nuevas para construcción.
El ingreso operativo de la empresa creció 44%, hasta 10.500 millones de rublos, según los estados contables. Kolesnikov dijo que las ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización fueron de 12.000 millones de rublos en 2012 y que Technonicol ha duplicado su producción por trabajador desde 2008.
La empresa fue valorada utilizando el múltiplo medio valor de empresa/Ebitda de tres compañías del mismo sector que cotizan en bolsa: Rockwool International A/S, con sede en Hedehusene, Dinamarca; Cie. de Saint-Gobain SA con sede en Courbevoie, Francia; y Sika AG de Baar, Suiza. El valor de la empresa se define como la capitalización de mercado más la deuda total menos el efectivo.
"Technonicol consiguió generar un margen Ebitda de 20 por ciento, lo cual es impresionante", dijo en un correo electrónico Daniel Patterson, analista de Skandinaviska Enskilda Banken de Copenhague. "Es algo que envidiaría la mayoría de las empresas de materiales para la construcción".