BRUSELAS.- La Organización Europea de Consumidores (BEUC), Amigos de la Tierra Europa y la Alianza Europea por la Salud Pública denunciaron hoy los riesgos que el futuro acuerdo comercial y de inversiones entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos podría tener para los consumidores europeos.
Las organizaciones indicaron que la legislación estadounidense, más flexible en los requerimientos sanitarios para la industria alimentaria, es incompatible con las exigencias jurídicas de la UE, más estricta en estos términos.
"Creemos que este tratado hará que nuestra ambición en legislación se venga totalmente abajo" indicó la directora de Amigos de la Tierra para Europa, Magda Stoczkiewicz, durante una conferencia de prensa en Bruselas.
Consideró también que la búsqueda de un punto en común entre UE y EEUU derivará en una relajación de los criterios en los Estados miembros.
Europeos y estadounidenses han comenzado esta semana en Bruselas la segunda ronda de negociaciones de cara a la consecución de un ambicioso acuerdo de libre comercio e inversiones (TTIP, por sus siglas en inglés), que los socios transatlánticos esperan que reporte crecimiento a sus economías y creación de empleos.
Stoczkiewicz denunció, además, la posible influencia de las grandes compañías en el proceso negociador y consideró que "las industrias de EEUU están intentando relajar los estándares" sanitarios, algo que afectaría negativamente a los consumidores europeos.
Por su parte, la directora general de la Organización Europea de Consumidores, Monique Goyens, aclaró que con estos acuerdos "no se perderán los estándares para productores europeos", pero denunció que esto no evitará que entren en la UE mercancías que no cumplen con esa normativa.
Para Goyens, la entrada de estos productos, entre los que podrían incluirse alimentos genéticamente modificados (permitidos por la legislación de EEUU) generaría, además de un riesgo para los consumidores, un problema de competencia con los productores europeos.
"La industria alimentaria europea exigirá también relajar sus estándares porque para la industria estadounidense sería más barato producir", explicó Goyens, al tiempo que apuntó a que estas dificultades podrían aparecer "en el largo plazo".
Los colectivos consideraron, además, "totalmente incompatibles" las legislaciones de EE.UU. y UE en materia de protección de datos de consumidores y pidieron a Bruselas que tenga en cuenta el respeto a la privacidad de sus ciudadanos "en un momento especialmente sensible" en esta materia.
Las negociaciones entre Bruselas y Washington se han visto ensombrecidas por el escándalo de las presuntas escuchas telefónicas realizadas por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense hechas a ciudadanos, líderes e instituciones europeas.
Por otro lado, las organizaciones denunciaron el carácter "confidencial" de las negociaciones e hicieron un llamamiento a las instituciones comunitarias para que permitan que las organizaciones ciudadanas participen en "alimentar el proceso", indicó Goyens.
"Necesitamos que esto sea más abierto", reiteró la directora general de BEUC, que criticó que las organizaciones no tengan acceso al texto de negociación.
La representante denunció que la negociación sólo admite participación ciudadana en la aprobación o rechazo del Parlamento Europeo, pero no permite a esta institución participar activamente en el proceso de transformación del texto final.
La segunda ronda de negociaciones entre la UE y EE.UU. concluirá el próximo viernes, y ya se ha convocado una tercera, que comenzará el 16 de diciembre próximo en Washington.