TOKIO.- El Banco de Japón (BOJ) mantuvo hoy intacta su estrategia de flexibilización monetaria y su evaluación de la economía del país, la cual estima que se "recupera moderadamente", y subrayó que las "expectativas de inflación parecen estar aumentando".
En el documento publicado tras la reunión mensual de dos días de su junta de política monetaria, la entidad emisora acordó por unanimidad mantener la compra masiva de deuda pública y activos de riesgo, iniciada el pasado mes de abril, con el reto de lograr un 2% de inflación interanual a mediados de 2015.
En este sentido, el BOJ continuará llevando a cabo "operaciones para incrementar la base monetaria a un ritmo anual de entre 60 y 70 billones de yenes (entre 445.258 y 519.467 millones de euros)".
En cuanto al escenario financiero, el emisor advirtió de que "las economías extranjeras en su conjunto se están recuperando moderadamente", aunque aún se aprecia un rendimiento "mediocre".
En este sentido, la junta reiteró que se mantiene "un alto grado de incertidumbre" en torno los riesgos que amenazan a la economía nipona, motivados principalmente por la crisis de deuda en Europa, el ritmo de recuperación en Estados Unidos y la situación en las economías emergentes.
La institución consideró que ante este panorama, las "exportaciones en general se han estado recuperando", al igual que la inversión de capital corporativo, merced al rendimiento mejorado de las empresas nacionales.
Tanto la inversión pública como la inmobiliaria han mantenido una tónica de crecimiento, según el BOJ, que también apuntó que "el consumo privado ha mantenido su solidez" y apuntó a algunas mejoras "observadas en el empleo y el estado de los salarios".
En cuanto a su objetivo inflacionario, el BOJ remarcó que el actual dato del IPC, que se encuentra en la franja de entre el 0,5 y el 1%, denota que "las expectativas de inflación parecen estar aumentando en su conjunto".
La entidad expresó esta postura pese a que este mes se dio a conocer que Japón creció a un ritmo anual del 1,9% entre julio y septiembre, la mitad comparado con el dato de abril-junio, debido a un avance marginal del consumo y al retroceso del músculo exportador nipón.
A su vez, la subida de los precios en septiembre, del 0,7% interanual, vino dada principalmente por la subida de la luz y la gasolina merced a la renovada dependencia de Japón en los hidrocarburos tras el accidente nuclear en Fukushima, aunque algunos productos no perecederos se encarecieron por primera vez en años.