SANTIAGO.- Mientras se multiplican por estos días las señales que han comenzado a enfriar el entusiasmo en torno a las economías emergentes de América Latina, un estudio elaborado bajo el alero del Banco Mundial (BM) busca respuestas para este fenómeno a partir de la detección de las deficiencias en torno al desarrollo del emprendimiento empresarial en la región.
El análisis, denominado "Emprendedores latinoamericanos: Muchas firmas pero poca innovación" fue desarrollado por los expertos Daniel Lederman, Julian Messina, Samuel Pienknagura y Jamele Rigolini, y pone acento sobre las rémoras que muestra la creación de nuevos negocios en el continente con respecto a otras zonas del planeta.
Dentro del panorama latinoamericano y específicamente sobre Chile, el estudio menciona tres factores que explican los déficits en innovación existentes en este país. Ellos son las deficiencias existentes en el fomento del patentamiento; en la competitividad interna, y en la formación de capital humano.
Menor capacidad para crear empleo
El estudio afirma que si bien América Latina se caracteriza por un emprendimiento "vibrante", si se lo mide por el número de firmas per cápita y por la proporción comparativamente alta de emprendedores con respecto al resto de la población, la región muestra retrasos en torno a la naturaleza de los negocios que se crean.
De esta manera, las nuevas firmas en la región tienden a contar con menor número de empleados cuando se inician, en comparación con empresas de otras regiones del planeta con niveles similares de desarrollo.
De la misma manera, apuntan los autores, los posteriores procesos de crecimiento no logran compensar esa brecha inicial en el empleo. "Incluso las mayores firmas en Latinoamérica crean menos trabajos que las empresas de gran tamaño en otras regiones", advierte.
Enfrentar este reto, indica, pasa por un cambio en el paradigma de las políticas de fomento desde el actual énfasis en las pequeñas empresas hacia una orientación centrada en apoyar start-ups y empresas jóvenes con mejor potencial de expansión.
Crónica falta de innovación
Otro elemento recogido por el análisis del BM señala que si bien América Latina muestra muchos emprendedores, ello se combina con persistentes déficits en innovación. Este problema alcanza incluso a las multinacionales que operan en el continente, con respecto a las que están presentes en otras zonas del globo.
Dicho fenómeno también afecta a las "multilatinas" -firmas locales que se internacionalizan-, que hoy se concentran en Brasil, México y Chile.
"Para crecer, o incluso sobrevivir, las empresas necesitan innovar continuamente", advierten los autores. "Es en este plano del emprendimiento que los negocios en Latinoamérica muestran un desempeño relativamente malo", agrega.
En este plano, el análisis muestra que, en promedio, las empresas de este continente tienen un 20% menos de probabilidad de introducir un producto nuevo en los mercados con respecto a las naciones medianamente desarrolladas de África.
En este plano, Chile se ubica en la mitad inferior (en el puesto 24) entre 57 naciones de cinco continentes analizadas en el estudio, según datos de 2010.
Entre los factores fundamentales relacionados con la baja innovación se cuentan la falta de competencia -vinculada a la relativamente mayor concentración de los mercados-, y la brecha de capital humano, especialmente en la dimensión relacionada con la calidad de la educación, según los expertos del BM.
"La región carece del tipo de capital humano -ingenieros y científicos- que es más probable que produzca emprendedores innovadores", precisa el documento.
De hecho, el estudio apunta que Latinoamérica sufre desde hace mucho una aguda carencia de ingenieros. "Incluso los mayores y más avanzados países de la región, como Brasil, Chile, Colombia y México, tiene relativamente pocos", precisa.
Según los antecedentes del análisis, Chile muestra aproximadamente la mitad de ingenieros por millón de habitantes con respecto a naciones como Polonia, España y Nueva Zelandia.
Otro factor clave en el retardo de las empresas emprendedoras del continente es el retraso en las prácticas de patentamiento. En una comparación realizada entre 77 países, las naciones de la región se ubican casi todas en la mitad inferior de la escala, de acuerdo al número de patentes por millón de habitantes.
Chile se sitúa en el rango medio en este ámbito, debajo del mundo desarrollado, de China, Australia y de Nueva Zelandia, y de economías asiáticas como Malasia y Singapur.
Directamente relacionado con este escenario regional se encuentra el retraso en el fomento de la Investigación y Desarrollo (I+D), y la participación relativamente escasa del sector privado en este ámbito frente a las iniciativas de origen estatal.
"El bajo nivel de la I+D en América Latina y el hecho que una proporción muy pequeña de ella es conducida por el sector privado, parece ser uno de los principales responsables detrás de la bien documentada historia de bajo crecimiento de la productividad en la región", precisa el documento.
Problemas en gestión e inserción externa
Una dimensión adicional es la calidad de las prácticas de gestión. De acuerdo a la metodología aplicada en el estudio, las empresas latinoamericanas se mostraron más próximas en este ámbito a las de China e India que a las de naciones desarrolladas.
En este plano, como los costos laborales son mayores en América Latina, sus deficiencias en la gestión empresarial implican mayores desventajas competitivas a nivel global.
En el plano de esta "brecha" en la gestión y administración, Chile se ubica consistentemente en el tercio inferior junto al resto de las naciones de la región -excepto México, que en este plano se ubica con frecuencia sobre la media-.
El desempeño más bajo mostrado por nuestro país figura en el "target management" (gestión de objetivos), aspecto en el que se sitúa en penúltimo lugar entre 21 países analizados.
Un aspecto que incide en este escenario negativo relacionado con la gestión es que las firmas latinoamericanas muestran una proporción menor de empleados con grados académicos en comparación con las de naciones desarrolladas.
En otro plano, y tal como han mostrado otros análisis, proporcionalmente menos compañías de América Latina logran entrar a los mercados exportadores, aunque las que lo consiguen tienen mayores posibilidades de sobrevivir.
Según el reporte, prácticamente todos los países latinoamericanos están bajo el valor de referencia en cuanto a su ingreso a mercados externos, por debajo de países de Asia, el Medio Oriente e incluso de África.
El rol de Start-Up Chile
A pesar de este panorama más bien preocupante, el estudio destacó la iniciativa Start-Up Chile, promovida por Corfo con el objetivo de crear un "nuevo ambiente para el emprendimiento" a través del fomento de las conexiones internacionales y remover barreras como el acceso limitado al crédito y la baja adopción de nuevas tecnologías.
"El verdadero aspecto innovador de esta iniciativa es que el programa apunta tanto a emprendedores extranjeros como a chilenos que desarrollan proyectos en el exterior", señala. También destaca le establecimiento de una "red" de emprendedores, con el fin de contribuir a un cambio cultural que favorezca la creación de nuevas empresas.
No obstante, también menciona problemas como la burocracia en el proceso de reembolso de costos y la necesidad que el programa "defina sus objetivos en el largo plazo y un método para medir sus resultados".
"Esta iniciativa revela el creciente interés de los gobiernos en atraer el emprendimiento más promisorio a sus países", apunta.