PARÍS.- El trabajo de Helga Lemiérre como traductora independiente le suministra suficiente dinero como para cubrir la hipoteca de su casa en Grenoble, cerca de los Alpes franceses, al tiempo que puede estar disponible para sus dos hijas. Le preocupa que esos días puedan haber terminado.
La mujer trilingüe de 43 años es "autoemprendedora", un estatus especial que más de un millón de personas, o casi 1,5% de la población de Francia, han usado desde 2009 para crear empresas unipersonales. La idea era simplificar la creación de emprendimientos en un país que se clasifica 38° en el mundo en cuanto a la facilidad para hacer negocios.
Ahora el gobierno de François Hollande se propone restringir ese estatus y las exenciones fiscales que aporta. Las limitaciones podrían reducir la designación a dos años y bajar el ingreso anual máximo permitido a la mitad, a 19.000 euros (US$ 26.000). El gobierno, respaldado por un grupo de presión de pequeñas empresas establecido en Francia, dice que se ha hecho abuso de las reglas. Quienes apoyan el actual sistema dicen que Hollande está matando uno de los pocos rincones dinámicos de la economía francesa.
"Nos hemos convertido en chivos expiatorios para toda clase de emprendedores", dijo Lemiérre en una entrevista telefónica. "No me puedo pasar a la situación fiscal clásica porque significaría trabajar solo para pagar impuestos". Tendría ya sea que volver a su Austria natal o depender de la asistencia social, agregó.
Los cambios añadirían 50.000 personas a los 3,3 millones de desempleados franceses, dijo Adrien Sergent, diseñador de videojuegos cuyo grupo de defensa ha hecho circular un petitorio por Internet oponiéndose a la medida. Además, hasta 1.000 millones de euros en actividades podían pasar a la clandestinidad, dijo Grégoire Leclercq, de 30 años, que administra la Fédération des Auto-Entrepreneurs y tiene una empresa unipersonal de servicios de computación.
'No crezcan'
"El gobierno está enviando un terrible mensaje: no crezcan demasiado rápido o demasiado", dijo Leclercq. "Después de los 19.000 euros al año, bienvenidos al infierno, bienvenidos a la complejidad, bienvenidos a las cargas sociales, bienvenidos a los impuestos. Es una mala señal".
La categoría, establecida por el anterior gobierno de Nicolas Sarkozy, permite crear una empresa unipersonal con un único registro en Internet. A diferencia de la mayoría de las compañías privadas, no se requiere inversión personal o auditoría de las cuentas.
Para retener ese y otros privilegios fiscales, quienes participan del programa no pueden ganar más de 32.600 euros al año con sus actividades de servicios u 81.500 euros para los minoristas. Las profesiones reguladas, como las de abogados y médicos, no son elegibles, y tampoco los agricultores.
El petitorio online de Sergent, donde piden al gobierno que abandone los cambios propuestos, ha reunido 121.500 firmas desde junio. El diseñador de videojuegos de 20 años, oriundo de Marsella, creó su empresa en 2009. El grupo que apoya el petitorio se llama "Les Poussins", o "los polluelos" en francés.