LISBOA.- El vicepresidente económico de la Comisión Europea (CE), Olli Rehn, garantizó a Portugal que sus socios comunitarios están dispuestos a prestarle "apoyo adicional" en caso de que así lo precise tras cerrar su programa de rescate.
En un artículo enviado hoy al periódico luso "Diario Económico", Olli Rehn aseguró que la intención de Europa es "cumplir su palabra" y seguir ayudando al país, siempre que éste "lleve adelante las reformas en curso".
Portugal dejará de encontrarse bajo el paraguas de la asistencia financiera internacional en junio de 2014, momento en el que ya habrá recibido íntegramente los 78.000 millones de euros del rescate concedido por la CE, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en mayo de 2011.
El país deberá por tanto ser capaz de colocar deuda a largo plazo a cambio de tasas de interés sostenibles en el mercado para recuperar su autonomía financiera, un extremo que analistas y expertos todavía cuestionan.
De hecho, se especula sobre la posibilidad de que Portugal precise de un segundo rescate -como ocurrió con Grecia- o que recurra a algún tipo de mecanismo de apoyo adicional de la UE para facilitar ese regreso a los mercados.
"Es natural preguntarse sobre qué ocurrirá después -de junio de 2014-, pero en este momento cualquier respuesta sería una especulación", señaló el vicepresidente económico de la CE, quien insistió en que el país debe proseguir con su programa de ajustes para reformar su economía.
En su opinión, Lisboa debe "reforzar los progresos ya alcanzados", mantener "la disciplina presupuestaria" y acometer toda una serie de "reformas estructurales" para lograr un crecimiento sostenible.
"La deuda pública -actualmente equivale a cerca de un 130 % del PIB- tendrá que mantenerse en niveles sostenibles combinando déficits presupuestarios bajos con un sector público más reducido y eficiente", subrayó el dirigente comunitario.
Reconoció, asimismo, que "las condiciones de implementación del programa -de ajustes acordado por las autoridades lusas con los organismos internacionales- fue más difícil de lo inicialmente esperado debido a la recesión económica y la fragmentación financiera de la zona euro".
Olli Rehn citó además otros "obstáculos" a este programa de ajustes negociado con la troika, como los fallos del Tribunal Constitucional que declaró ilegales varias de las medidas de austeridad o la "resistencia de intereses instalados" que hicieron presión para evitar reformar sectores claves de la economía.
"Como resultado, el impacto de esas reformas fue mitigado", admitió el vicepresidente económico de la CE, quien recordó además los "episodios de tensión política" ocurridos durante el 2013 en alusión a las divergencias surgidas en el seno de la coalición conservadora en el Ejecutivo, finalmente superadas.
Los "elevados niveles de pobreza y desempleo" que presenta Portugal son motivo de preocupación para la UE, según Olli Rehn, quien incidió en que el país debe aprovechar esta crisis para "romper de una vez con su pasado económico y definir una nueva visión a medio plazo para el crecimiento y el empleo".
"La crisis -el país cerrará 2013 por tercer año consecutivo en recesión- reveló la fragilidad del modelo de crecimiento luso, marcado por una fuerte dependencia del gasto público y la deuda privada y por el excesivo peso" de bienes y servicios que no pueden ser comercializados internacionalmente, subrayó.