SANTIAGO.- Desde hace un tiempo que el cobre no es sólo el metal rojo de exportación ligado a la minería o electricidad, sino que se ha comenzado a utilizar con fines más "dómesticos". Es así como en el 2013 se lanzaron bastantes productos en base a este metal y para el 2014 se esperan varias novedades.
A las jaulas de cultivo de salmones y las fibras de metal aplicadas en la industria textil (calcetines), se han sumado las herraduras de cobre para caballos, las que ya se están exportando a Estados Unidos, Uruguay, Brasil y se enviaron pruebas a China y Europa.
A estos productos se sumó el lanzamiento de la primera faja nacional con hilado 100% de cobre, la cual no sólo tiene un potencial estético, sino que sus propiedades entregan beneficios a la piel, lo que la hace útil para post parto/cesárea y post operatorio, así también para estrías, celulitis y estimulación de la producción de colágeno.
Por otra parte, la empresa chilena de salud Accord en conjunto con la Incubadora de negocios de la Pontificia Universidad Católica de Chile (Incuba) crearon un producto cerámico que con la incorporación eficaz de cobre diera fin a los daños -muchas veces irreparables- en la salud de los pacientes de los hospitales que, en oportunidades, están expuestos a infecciones intrahospitalarias.
Para este año, en tanto, el Ministerio de Minería informó que se está trabajando para desarrollar dispositivos antisísmicos con cobre, ya que el mineral tiene mayor resiliencia que el acero; se deforma y reforma muy bien, por lo que tiene ventajas comparativas mucho mayores.
A esto se suma el trabajo que está realizando el doctor Germán Norambuena, profesor asistente de la U. de Chile y traumatólogo de Clínica Dávila y Hospital San José, junto a un grupo de destacados investigadores de la Clínica Mayo, que comenzaron un proyecto para desarrollar implantes ortopédicos recubiertos con una fina capa de cobre usando un sofisticado sistema de deposición física por vapor.
Debido al auge que han tenido estos productos, el Ministerio de Minería estima que el consumo de cobre en estas nuevas aplicaciones, podría añadir unas 500 mil toneladas a la demanda mundial de cobre refinado.