El Mercurio (archivo)
BUENOS AIRES.- Los diputados de Buenos Aires recibieron un alza salarial del 57% en 2013, un aumento que ha desatado la polémica en los últimos días por la escalada inflacionaria que vive Argentina tras la fuerte depreciación del peso.
El diputado de la coalición Unen Gustavo Vera reiteró que presentará en marzo un proyecto de ley para regular los sueldos de sus colegas, que oscilan entre los 26.000 (unos US$ 3.300) y los 37.000 pesos (unos US$ 4.700) mensuales, las dietas e impedir futuros aumentos tan elevados como el del año pasado.
"Me da vergüenza ser un servidor público y ganar cinco veces más de lo que ganan los porteños. Voy a vivir como lo venía haciendo hasta ahora: como maestro", dijo Vera.
El legislador informó a través de su cuenta en la red social Facebook de la donación del 60% de su salario a una cooperativa de trabajadores y a una empresa textil y otra de construcción de la comunidad de etnia Qom La Primavera.
La propuesta del diputado de Unen contempla que los legisladores ganen un sueldo equivalente a un director de escuela y exige que sus colegas y sus familias se atiendan en hospitales públicos.
Los diputados del partido mayoritario en la Legislatura porteña, Propuesta Republicana (Pro), y de la primera minoría, el Frente para la Victoria (FpV), se opusieron rotundamente a una reducción salarial.
"No cobro antigüedad, no me pagan por título, no tenemos cocheras, no tenemos autos oficiales, no nos pagan el celular... Cuando trabajaba en el Congreso ganaba el doble", se quejó a La Nación el vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Ritondo.
"El sueldo es correcto por la responsabilidad y la dedicación que, en mi caso, es absoluta: diez horas por día. Cada trabajador debe cobrar de acuerdo a sus responsabilidades", dijo al rotativo la diputada Gabriela Alegre, jefa del bloque Frente para la Victoria.
La polémica tiene lugar tras el cruce de acusaciones entre altos cargos del Gobierno argentino y los sindicatos en vísperas del inicio de las negociaciones paritarias.
Las centrales obreras argentinas advierten que la inflación ha restado poder adquisitivo a los trabajadores y exigen subidas salariales para 2014 superiores al 30%.
Según datos oficiales, Argentina cerró 2013 con una inflación del 10,9%, pero consultoras privadas elevaron la cifra hasta el 28,3% y prevén que la inflación se acelere tras la devaluación del 22,3% del peso el pasado enero.