Japón cierra 2013 con una ralentización de su crecimiento económico

TOKIO.- La publicación de datos que muestran una ralentización del crecimiento en Japón desató hoy nuevas dudas sobre la estrategia económica del primer ministro Shinzo Abe y planteó la posibilidad de que el país active un programa de estímulo adicional.

Aunque en todo 2013 el país creció un 1,6%, el mejor dato en tres años, y en octubre-diciembre avanzó por cuarto trimestre consecutivo, el ritmo al que lo hizo resultó muy inferior en relación al primer tramo del año.

"Decepcionante” ha sido el adjetivo más empleado por analistas tras la publicación de los datos del producto interior bruto (PIB) de Japón, que creció en octubre-diciembre un 0,3% con respecto al trimestre anterior, por debajo del 0,7 que esperaba la mayoría de expertos.

Del mismo modo, a ritmo anual, la tasa de crecimiento fue del 1 por ciento, frente al 2,6-2,8 que muchos predecían.

La expansión de las exportaciones, uno de los pilares de la economía nipona, fue de apenas un 0,4% intertrimestral frente al avance del 3,5% de las importaciones.

Por su parte, el gasto de capital de las empresas, un componente clave para el crecimiento de Japón, avanzó por tercer trimestre consecutivo, pero lo hizo también por debajo de lo esperado; un 1,3%.

Y ante todo, el consumo privado, que compone un 60% del PIB, avanzó apenas un 0,5%.

El dato preocupa cuando se tiene en cuenta que teóricamente los japoneses debían gastar más en el último tramo de 2013 y durante el primer trimestre de 2014 por la entrada en vigor el 1 de abril de una subida del impuesto sobre el consumo de tres puntos porcentuales (se incrementará del 5 al 8%).

La débil demanda subraya de nuevo el que la subidas salariales han sido casi inexistentes desde que Abe llegó al poder en diciembre de 2012, algo que unido a la inflación que comienza a registrar el país (el deflactor de octubre-diciembre fue del 0,1%) amenaza con ahogar uno de los motores de crecimiento nipones.

Ante este panorama, muchos empiezan a temer un frenazo aún mayor para la tercera economía del mundo cuando se aplique la subida del IVA en abril.

Se espera ahora que el Gobierno incremente la presión sobre los empresarios en busca de una subida de sueldos, y que como contrapartida el sector privado demande más recortes sobre el impuesto de sociedades.

También se plantea la posibilidad de que el Banco de Japón (BOJ), que comenzó a implementar en abril de 2013 un programa de flexibilización agresiva, medite seriamente activar una partida de estímulo monetario adicional para acolchar el impacto de la subida impositiva de abril.

Mientras, el primer ministro deberá seguir buscando la manera de accionar la tercera y más compleja de las "flechas" que componen su programa económico: ejecutar una serie de reformas estructurales para sacar al país del aletargamiento económico que padece desde hace más de dos décadas.

Abe ha sugerido hasta ahora una mayor incorporación de la mujer al mercado laboral (así como una mayor flexibilización del mismo) o la creación de zonas económicas especiales.
Estas propuestas están aún lejos de cristalizar y han sido recibidas con tibieza, al tiempo que el proceso de desregulación para mejorar la competitividad de varios sectores clave apenas ha avanzado hasta este momento.