SANTIAGO.- El Banco Central (BC) dio a conocer este viernes la Minuta de Reunión de Política Monetaria (RPM) correspondiente a la sesión número 207, celebrada el pasado 18 de febrero de 2014.
En ella se detalló que, con los votos del presidente Rodrigo Vergara y de los consejeros Enrique Marshall, Sebastián Claro, Joaquín Vial y Pablo García, el Consejo decidió recortar la tasa de interés de política monetaria en 25 puntos base (pb.) hasta el 4,25% anual.
Asimismo, apuntó que dados los antecedentes conocidos desde la última Reunión, la División Estudios presentó como opciones relevantes mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 4,50% o recortarla en 25 pb., hasta el 4,25%.
En el escenario externo, varios consejeros coincidieron en que, a grandes rasgos, los acontecimientos recientes iban en línea con el escenario base planteado en el Informe de Política Monetaria (IPoM).
Todos los consejeros concordaron en que el escenario para las economías emergentes era más complejo, en particular porque los riesgos relacionados con la fragilidad de algunas de ellas eran mayores. Mencionaron el caso de China en particular, por la estabilidad de su sistema financiero y la posibilidad de que problemas en él derivasen en un freno brusco del crédito y con ello, del crecimiento de su economía.
Un consejero agregó su preocupación por la evolución del precio del cobre. Si bien este había fluctuado en una banda acotada en los últimos meses, habían existido algunas sorpresas difíciles de interpretar. Destacó, además, el panorama de tensiones políticas desbordadas en Ucrania y Venezuela.
También en el plano externo, un consejero llamó la atención sobre la volatilidad de los mercados financieros y la valorización de las monedas. A su juicio, parecía responder a fluctuaciones en el apetito por riesgo de diferentes tipos de activos, lo que estaría relacionado con la vulnerabilidad de las distintas economías y su capacidad para realizar ajustes cambiarios como elemento estabilizador. Agregó que en muchos países emergentes la fuerte volatilidad cambiaria se observaba junto con alzas en sus tasas de interés a distintos plazos.
Desaceleración mayor
En el plano interno, todos los consejeros resaltaron que las últimas cifras indicaban que la desaceleración de la economía había sido mayor que la prevista, con una sorpresa que se concentraba en la inversión y un consumo que se mantenía creciendo acorde con lo previsto.
Un consejero indicó que la sorpresa en las cifras de actividad y sus implicancias para las proyecciones no eran menores y por lo tanto, eran un tema de alta relevancia en el escenario macro.
En tanto, un consejero señaló que la suma de los cambios era importante, pero creía que aún no había elementos que dieran cuenta de una desviación tan significativa. El mercado financiero se mantenía con buen comportamiento, y los agregados de crédito mostraban una evolución similar a la de los últimos trimestres. En su opinión, ese era un elemento importante porque daba soporte a la idea de que había factores que sugerían que la desaceleración era gradual y no muy distinta de cómo se anticipaba hace unos trimestres.
En todo caso, agregó que había algunos precios financieros, en particular la bolsa y las tasas de largo plazo, que sí podrían estar anticipando una desaceleración algo mayor. Con todo, concluyó que era un hecho que debía seguirse con cuidado.
Asimismo, varios consejeros señalaron que, hasta ahora, los efectos de la depreciación del tipo de cambio en la inflación parecían ser acotados. Señalaron que en la medida que la economía continuara a un ritmo relativamente lento de crecimiento, las expectativas de inflación se mantuvieran en línea con la meta y los salarios creciendo de forma moderada, no debería existir un traspaso mucho mayor del tipo de cambio a los precios.
Próximos movimientos
Respecto de los futuros movimientos de la TPM, todos los consejeros concordaron en la conveniencia de mantener el sesgo establecido en la Reunión anterior.
Un Consejero indicó que si bien lo más probable era que el próximo movimiento de la tasa de interés fuera a la baja, no le parecía que ello debía ocurrir de inmediato. A su juicio, la política monetaria ya había entrado en un territorio en que tenía una clara orientación expansiva, lo que se reflejaba en las tasas de interés de largo plazo. Además, los diferenciales de tasa respecto de otros países relevantes se habían reducido significativamente.
Por otra parte, si bien el déficit de cuenta corriente había bajado, seguía siendo elevado dada la menor tolerancia de los mercados financieros internacionales con las economías emergentes. Todo lo anterior apuntaba a que después de bajar la TPM en esta Reunión, se debía esperar por nuevos antecedentes que permitieran evaluar mejor la necesidad de un estímulo monetario adicional.
Asimismo, un consejero señaló que con la información disponible hasta ahora, podría requerirse algún ajuste adicional, lo que justificaba la mantención del sesgo de la política monetaria. Otro consejero señaló que le parecía relevante mantener la comunicación de la Reunión anterior. A su juicio, se veía probable un relajamiento monetario adicional al de esta Reunión. Su magnitud y momento dependerían de la información que se fuera recibiendo.