SEÚL.- El gigante surcoreano Samsung Electronics no llegó a acuerdo con un número de empleados que denunciaron haber sufrido cáncer debido a las condiciones de trabajo existentes en las plantas en las que laboraban.
Los empleados llevan adelante peticiones de indemnizaciones por sus condiciones de salud. La firma rechazó ser responsable del bloqueo de las negociaciones.
La compañía y la asociación de familiares de las víctimas (SHARP) negocian desde octubre de 2012 la concesión de compensaciones por estos casos y por otras enfermedades, que según establecieron varias sentencias de tribunales del país, fueron provocados por la exposición a productos químicos utilizados en las instalaciones industriales.
Samsung y la asociación han cruzado acusaciones en los últimos días como consecuencia del bloqueo del diálogo, que hasta la fecha no ha fructificado en ningún acuerdo para compensar a las víctimas.
La compañía hizo una propuesta la semana pasada para que una tercera parte medie entre ambos, que ha sido rechazada por la asociación, dijo un portavoz de Samsung a la agencia Yonhap.
Diez muertes
Al menos diez trabajadores de Samsung han muerto en los últimos años por leucemia y trastornos similares, según datos de la propia empresa, casos que abrieron la polémica sobre un supuesto vínculo entre estas enfermedades y el entorno laboral en sus plantas de chips electrónicos situadas en los suburbios de Seúl.
El pasado octubre, un juzgado de la capital surcoreana señaló a la multinacional como responsable de una de las muertes, la de una joven de 29 años por leucemia registrada en 2009.
En 2011, otro tribunal declaró a la empresa responsable de la situación de otros dos empleados y ordenó a una agencia de pensiones estatal pagar una indemnización a sus familiares.
Samsung Electronics siempre ha mantenido que los estudios epidemiológicos contratados por la propia empresa -aunque asegura que son independientes- no muestran correspondencia entre el trabajo en sus plantas y los casos de cáncer diagnosticados a sus trabajadores.
Sin embargo, a finales de 2012 la asociación de defensa de los afectados cifró en 160 las víctimas directas: 60 de ellos fallecieron. En 2013 comenzó a negociar posibles indemnizaciones con Samsung, sin que la compañía cambiara su postura de no reconocer responsabilidad alguna en los hechos.